El mes de agosto era más interesante y movido de lo que nos suele tener acostumbrados. En política monetaria, el BoE proseguía su lucha contra la inflación subiendo los tipos en 25 p.b, aunque era reseñable que empezábamos a ver bancos de relevancia acometiendo acciones opuestas, como el de Brasil, donde el Selic acometía un recorte de 50 p.b.
En los mercados, la consistencia de los datos económicos en EEUU servía para que el mercado apostase por una estrategia en la que la Fed mantendrá los tipos altos durante más tiempo, por lo que veíamos notables ventas en los treasuries. El mercado no andaba mal encaminado y en Jackson Hole, el presidente Jerome Powell, ratificaba que los tipos seguirán en niveles altos. Mientras, en Europa los indicadores relativos a los servicios empezaban a deteriorarse y en China las autoridades seguían brindando apoyo con las miras puestas en el yuan.
En EEUU el FOMC decidía subir los tipos de interés al rango 5,25-5,5% y dejaba la puerta abierta a posibles incrementos adicionales al anunciar que continuará evaluando la información que se vaya conociendo, lo que viene a confirmar que seguirá siendo muy dependiente de la datología. Hay una cuestión de gran calado y es discernir qué rumbo de actuación tomarían a partir de julio. Es cierto que parece existir un consenso más o menos amplio sobre que mínimo queda un movimiento más, algo que incluso el propio Powell abría la puerta a que pueda ser de manera consecutiva, en la reunión de septiembre. No obstante, la moderación de la inflación y los signos de debilitamiento económico que deberían de darse de aquí a esa reunión, en ausencia de nuevos desajustes de oferta, jugarían a favor de la inacción de aquí a finales de año.
El mes de agosto se caracteriza, por lo general, por la menor actividad en los mercados y la carestía información relacionada con los bancos centrales. Aun así, en el pasado mes había determinado aspectos que le otorgaban mayor interés al estío. En el inicio de agosto, el BoE decidía elevar el tipo de interés en 25 p.b. hasta el 5,25%, en un movimiento que no contaba con un consenso pleno si consideramos que dos de los nueve miembros apostaban por volver a subir los tipos en 50 p.b.
Pero la política monetaria no acababa con el Banco de Inglaterra. El Banco Central de Brasil comenzaba su ciclo de flexibilización de la política con un recorte de 50 p.b. (cuando muchas casas vaticinaban un movimiento más suave) para dejar el tipo Selic en el 13,25%. El Banco de Brasil concluía así lo que ha sido uno de los ciclos de endurecimiento más agresivos, seguida de una larga etapa de tipos mantenidos en el 13,75% que acabó dando lugar a los tipos de interés positivos reales más altos del globo.
Sin embargo, el mercado parecía mantenerse expectante a la reunión de Jackson Hole para sacar una idea sobre los próximos pasos a seguir de la Reserva Federal. Por el camino, los datos macro servían para que los inversores hiciesen sus propias elucubraciones y la solidez que veíamos en los indicadores macroeconómicos estadounidenses desdibujaban la idea de una recesión en EEUU por el momento. Las cábalas giraban sobre que la estrategia de la Reserva Federal mantendría los tipos de interés en niveles altos durante más tiempo y que, incluso, no hubiese llegado a poner punto final a las subidas.
Aun así, desde IM en el momento actual opinamos que no hay que magnificar el sesgo de ciertos datos. Por ejemplo, el sólido repunte de las ventas minoristas de EEUU en julio (aunque se publicasen en agosto) se debía al impulso derivado de momentos puntuales que exacerbaron el consumo como fue el Amazon Prime Day, donde destacó el acopio de artículos esenciales y productos para preparar la vuelta a las aulas. El gasto en servicios de alimentos indicaba la demanda embalsada en ocio y recreación este verano, especialmente por parte de los hogares de rentas más altas.
La lectura de los indicadores estaba en línea con el mensaje de las actas de la última reunión del FOMC en la que los miembros respaldaron el aumento de tipos, pero hubo algunos que mostraron sus dudas hacia próximas alzas en vista a los riesgos crecientes derivados de la senda alcista. Las actas eran la antesala del encuentro de Jackson Hole en el que el presidente de la Fed, Jerome Powell, abogaba por mantener los tipos de interés estables por el momento, pero mantenía la puerta abierta a aumentarlos incluso en el presente año si las condiciones económicas no desaceleran lo suficiente como para mantener la senda descendente de la inflación, aunque consideraba poco probable una subida en septiembre.
En base a la información recabada no extrañaba que en el mercado de bonos viésemos a los treasuries alcanzar rentabilidades no vistas desde antes de la crisis subprime, como por ejemplo el caso del T-Note a 2 años cuya rentabilidad llegaba a superar el 5%. Al final del mes, datos inesperadamente negativos como la confianza de los consumidores en base al Conference Board de agosto (de 114 a 106,1 pts), minoraban los rendimientos, pero finalmente el T-Note a 2 y 10 años terminaban en 4,865% y 4,09%, respectivamente.
A medida que pasa el verano, la demanda embalsada relativa a los servicios se irá agotando. En la zona euro, el agotamiento de la demanda parece ser más evidente en la medida que los ajustes de política monetaria se van filtrando. Si tomamos el IPC de julio de la UEM (+5,3% a.) los precios industriales no energéticos y su menor contribución hacían de contrapeso frente al alza en los servicios, pero consideramos que los detalles más interesantes estaban en los PMI. El deterioro esta vez no era una cuestión del indicador manufacturero, pues el servicios caía a territorio contractivo y recogía el pesimismo claro de los empresarios del sector terciario. El sesgo negativo de los datos quedaba recogido por unas bolsas que también acusaban la menor actividad, con el Stoxx600 contrayéndose un -2,48% (458,2 pts).
Por último, como ha sucedido en otros meses de agosto, China ha inyectado algo de ruido y en este caso, principalmente, por sus problemas con el sector inmobiliario y unos datos que seguían dejando que desear. El mercado inmobiliario, uno de los factores que generan más preocupación, se veía sacudido una vez más por la noticia del desplome en Bolsa de la mayor promotora de China, Country Garden. La promotora adelantaba unas pérdidas de entre 45 y 55 mill. € en el 1S22 del año. Sin embargo, las alarmas ya saltaban unos días antes, cuando se conoció que la promotora había incumplido el pago del cupón de algunos bonos en mercados internacionales.
Las malas noticias del sector inmobiliario se acompañaban de unos datos flojos de ventas minoristas y producción industrial y esto obligaba a las autoridades a actuar. El PBoCh decidía actuar y reducía el tipo de referencia para para créditos a un año en 10 p.b., pero mantenía inalterado el tipo referencial a 5 años en el 4,20% ante la sorpresa de un mercado que esperaba un recorte de la misma cuantía. Además, veíamos acciones en busca de la defensa del yuan que cerraba el mes en 7,25USDCNY.
Autor Mariano Valderrama Baca
Fuente CIR (CIMD Intermoney Research).
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