El encuentro de política monetaria del BoE y el dato de inflación de EEUU eran los principales puntos de la sesión. En Reino Unido, las señales de debilidad de la economía y las perspectivas menos favorables para el gasto de los hogares pesaban en la decisión del BoE a la hora de optar por mantener el tipo de interés en el 0,5%. Desde el organismo se señalaba que la decisión venía motivada por la necesidad de ver la evolución de los datos en los próximos meses; si bien, según el consenso de Bloomberg, la subida de tipos podría hacerse esperar más allá del verano. Precisamente, los indicadores británicos que conocíamos confirmaban el enfriamiento de la actividad. De hecho, los datos de construcción defraudaban al sufrir en marzo su mayor contracción desde agosto de 2015 al caer un -2,3% m., siendo el retroceso general en todos los sectores como la nueva vivienda pública (-1,2% m.) y privada (-4,3% m.); así como infraestructuras (-5,1%). La producción industrial también se sumaba a los datos que dan cabida al freno de crecimiento de Reino Unido, pues ésta en marzo sólo avanzaba un 0,1% m., acusando el mal dato en la producción de bienes no duraderos (-1,3% m.). Al margen de Reino Unido, el otro foco de atención del jueves estaba en la inflación estadounidense de abril y su leve avance de una décima hasta 2,5% a.; el mayor nivel de los precios desde febrero de 2017. Excluyendo los componentes volátiles, el índice precios aumentaba un 2,1% a., igualando así los niveles de marzo y poniendo en valor el 2,6% a. en la inflación de los servicios. Los niveles exceden el objetivo marcado por la Reserva Federal, aunque desde el organismo ya se ha hecho saber que, aunque se excedan dichos niveles, esto no preocupa al entrar dentro del escenario previsto. El dato de IPC estadounidense ayudaba a que el S&P500 cerrase al alza con una revalorización de +0,945% cotizando en 2.723 pts; a la par el Dow Jones seguía sus pasos e incrementaba su valor un +0,80% (24.739). Mientras, en lo que respecta a los treasuries, las compras imperaban al situarse el IPC subyacente ligeramente debajo de lo previsto, razón por la cual el rendimiento del T-Note a 10 años 2,964%. En lo que a las plazas europeas se refiere, en el cierre predominaba el color verde, excepto en el caso del Eurostoxx50 que cerraba plano y el MIB italiano que se dejaba un -0,96% (24.033). Éste acusaba al difícil escenario político en Italia, a pesar de que se atisba un horizonte de Gobierno más claro después del paso atrás de Silvio Berlusconi. El presidente de Forza Italia daba rienda suelta a que La Liga y el Movimiento 5 Estrellas negociasen y buscasen puntos de encuentro en sus programas para firmar un contrato de Gobierno. No obstante, faltan elementos trascendentales, como el nombre de la persona que se pondrá al frente del Gobierno y que debería recaer en una figura de consenso capaz de lidiar con las exigencias de un partido soberanista y otro populista. El complejo escenario transalpino se cotizaba con ventas en los bonos italianos, llevando la rentabilidad del título a 10 años a 1,935%. Por último y retomando el conflicto entre Irán y EEUU, conocíamos que Europa presionará al país norteamericano para conseguir que sus empresas puedan seguir comerciando con Irán, a pesar de las nuevas sanciones decretadas por la Administración estadounidense. Unas exenciones que, si se consiguen, permitirían tanto mantener la rentabilidad de las empresas como salvar el acuerdo nuclear. Ante esto, el Brent y el WTI cotizase en 77,36 y en 71,32$/barril, respectivamente. Aunque el IPC subyacente se situaba una décima por debajo de lo previsto en abril, lo cual permitía que el T-Note a diez años se mantuviese a raya del 3% en la jornada del miércoles, lo cierto es que los registros de la inflación se ajustaban con el escenario previsto por la Reserva Federal. Esta situación se repetirá durante la jornada de hoy con el único dato de interés que se publicará en EEUU, esto es, la confianza del consumidor según la Universidad de Michigan. Ésta se mantendrá por encima de los 98 puntos y apoyará la recuperación del consumo privado estadounidense durante la primavera a la que ya apuntaban los datos de gasto personal real de marzo. Todo lo anterior hace referencia a la política monetaria estadounidense, que constituirá el único aspecto relevante de los datos que conoceremos en la jornada de hoy. No obstante, creemos que resulta necesario cambiar de escenario y exponer las novedades acontecidas recientemente en Reino Unido, donde el BoE celebraba su última reunión de política monetaria. La entidad decidía mantener intacto el tipo oficial en 0,75% (7 votos a favor por 2 en contra), si bien consideraba que el empeoramiento de los datos económicos británicos respondería a un “bache” temporal vinculado a cuestiones meteorológicasy que el PIB de Gran Bretaña se recuperará. Tal circunstancia quedaba reflejada en la actualización del escenario macroeconómico publicado en el Informe de Inflación. Aunque el débil crecimiento del 1tr18 (1,2% a.) obligaba al BoE a recortar su previsión para el 2tr18 de 1,8% a 1,4%, se mantenían sin cambios las estimaciones para los dos ejercicios siguientes en 1,7% (en ambos casos); una cifra que también se daría en el PIB previsto para el 2tr21. En cuanto a la inflación, sus proyecciones eran corregidas ligeramente a la baja debido a que el efecto al alza de los precios de importación habría sido menor a lo previsto inicialmente. En consecuencia, las previsiones se situaban en 2,4% para el 2tr18 (2,7% ant.), 2,1% para el 2tr19 (2,2% ant.), 2,0% para el 2tr20 (2,1% ant.) y 2,0% para el 2tr21. El anterior escenario permitiría que el BoE efectuara un endurecimiento de la política monetaria “a un ritmo gradual y hasta un cierto punto”, tal y como reconocía Mark Carney en la rueda de prensa posterior a la reunión. De esta forma, el aumento del tipo de interés oficial iría desde 0,9% en el 2tr19 hasta 1,2% a mediados de 2021. Así, las informaciones procedentes de Reino Unido se unían a las vinculadas al BCE, cuyo principal punto de interés se daba con la publicación de un Boletín Económico que no daba lugar a sorpresas. Éste apuntaba que “los datos disponibles desde la reunión del Consejo de Gobierno de principios de marzo sugieren cierta moderación (del crecimeinto), aunque siguen siendo compatibles con una expansión sólida y generalizada de la economía de la zona del euro. Los riesgos para las perspectivas de crecimiento de la zona se mantienen, en general, equilibrados, pero los riesgos relacionados con factores globales, como la amenaza de un aumento del proteccionismo, son ahora más relevantes”. Respecto al IPC, se apuntaba que, “teniendo en cuenta los precios actuales de los futuros sobre el petróleo, es probable que las tasas de inflación interanual fluctúen en torno al 1,5 % durante el resto del año”. Por otro lado, el documento reafirmaba que las compras de deuda se mantendrán en 30 mm. € “hasta el final de septiembre de 2018 o hasta una fecha posterior si fuera necesario” y que continuarán las reinversiones “durante un período prolongado una vez finalizadas las compras netas de activos”. Autores: Intermoney Análisis y Estudio Francisco Vidal, Garbriel Marquès, Mariano Valderrama
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