La actualidad de esta semana pasará obligatoriamente por la política monetaria, pues tendrán lugar las reuniones de la Fed, el BoJ y el BoE. En el caso de la autoridad monetaria estadounidense, el encuentro del miércoles se perfila como de puro trámite y dará lugar a un comunicado acorde con la estrategia de salida descrita el pasado mes de junio ante unos datos que han confirmado el escenario esperado por la Reserva Federal. En el segundo trimestre 2018, el PIB de EEUU resurgía con un crecimiento del 4,1% trim. a., comandado por el consumo, y arrojaba también un alza del 3,0% trim. a. de su deflactor, mientras que el viernes esperamos que el PCE central (la referencia de precios de la Reserva Federal) se mantenga en el 2,0% a. durante el mes de junio.
El escenario juega a favor de la Fed y permitirá un encuentro tranquilo en la institución, teniendo que preocuparse sólo por reflejar correctamente su lectura positiva del escenario de actividad e inflación en el comunicado. De hecho, de vuelta a la actividad, las cifras de PIB del segundo trimestre 2018 revelaban bastantes factores positivos. Por un lado, el consumo privado pasaba de crecer un 0,5% trim. a. en el primer trimestre 2018 a repuntar un 4,0% en el pasado, permitiendo que el gasto de los hogares aportase 2,69 p.p al crecimiento que se sumaban al atípicamente positivo desempeño de la demanda externa cuyo aporte ascendió a 1,06 p.p.
Las exportaciones de bienes repuntaban un fortísimo 13,3% trim. a. que, en parte, podía achacarse a un efecto adelanto de las ventas al exterior con el fin de anticiparse al alza de aranceles que ha causado el enfrentamiento comercial protagonizado por EEUU. De hecho, las miradas se desviaban hacia un producto en el que pocas ocasiones se fijan los economistas o los mercados: la soja. Los chinos, de forma hábil, han reforzado los aranceles más sensibles para los agricultores estadounidenses y, en particular, la mencionada soja, optándose desde EEUU por adelantar los envíos a China para evitar esta circunstancia.
Por ejemplo, en mayo, las exportaciones de soja doblaron a las de abril y aumentaban un 26% en el acumulado del año, siendo una partida clave para explicar que las exportaciones de alimentos y bebidas aumentasen un 80% trim. a. en el 2tr18. Una vez eliminados los extraordinarios en las exportaciones alimentarias, podría apuntarse que el total de exportaciones de bienes y servicios no habría aumentado un 9,3% trim. a., sino un 5,3% que habría limitado el crecimiento total de EEUU al 3,6% trim. a. frente al 4,1% logrado.
La cuestión es que el anterior efecto revertirá y ayudará a limar ligeramente el avance de la actividad en el tercer trimestre 2018, aunque nos llamaba la atención otro dato como el discreto avance del 1,0% trim. a. de las importaciones bienes de EEUU. Un capítulo en el que hubiéramos esperado un avance mayor ligado al mismo efecto de adelanto a las subidas de aranceles; circunstancia que nos lleva a no descartar una revisión de las cifras en este apartado.
Las cifras positivas en EEUU también eran extrapolables a la inversión en capital fijo que avanzaba un 5,4% trim. a., a pesar de su gran desempeño desde el primer trimestre 2017, compensando las alzas en la no residencial los retrocesos de la residencial (-1,1% trim. a.). Así, este último punto y el drenaje de los inventarios (-1,0 p.p.) suponían las únicas debilidades de los datos estadounidenses de PIB.
Más allá de los datos trimestrales, cobraba importancia la actualización anual de las series de contabilidad nacional que en EEUU se realiza con la primera estimación del segundo trimestre 2018. Dicha actualización era acompañada del anuncio respecto a que el plan de tres fases para resolver la estacionalidad residual había llegado a su fin con la revisión integral de las cifras del PIB. Así, el próximo año el efecto estacional que no acababa de ser eliminado en el primer trimestre podría haber llegado a su fin. Por ejemplo, las autoridades estadísticas estadounidenses revisaron fuertemente la estimación de crecimiento del PIB del 1tr16 hasta 1,5% trim. a. desde 0,6% trim. a. También aumentó la estimación de crecimiento del PIB del 1tr17 a un ritmo del 1,8% trim. a. desde 1,2%.
De vuelta al consumo privado en EEUU, su buen desempeño será reafirmado este martes por las cifras de gasto personal de junio que arrojarán un avance del 0,4% m. nominal y 0,3% m. real, lo cual tendrá poco misterio después de haber conocido las cifras de gasto de los hogares contenidas en el PIB del 2tr18. Por su parte, también el martes, conoceremos que el PCE central se mantuvo en 2,0% a. en junio confirmando su senda acorde con las últimas previsiones de la Fed. Dichas previsiones sitúan al PCE central en 2,0% a finales de este año frente a la tasa de 1,5% de 2017.
El tono optimista del consumo de los hogares seguirá viéndose respaldado por la continuidad del buen momento del mercado laboral en EEUU; una circunstancia que quedará reflejada en el avance cercano a las 200.000 nóminas no agrícolas en julio. A pesar de la madurez del ciclo económico, la creación de empleo sigue caracterizándose por su dinamismo y, ante lo menguante de la oferta laboral, ayudará a reducir el subempleo que se situaba en el 7,8% en junio.
De forma que el único punto que seguirá “chirriando” del mercado laboral estadounidense serán las alzas de los salarios que se mantendrán en 2,7% a., a pesar del escenario de pleno empleo. De hecho, el Libro Beige de la Fed apuntaba que la escasez de trabajadores (ingenieros, obreros construcción, conductores, trabajadores de la industria…) está limitando el crecimiento. En concreto, se mencionaban los cuellos de botella en 6 distritos en el transporte por carretera ante la escasez de camioneros.
Las estrecheces de la oferta laboral en EEUU están llevando a muchas empresas a redoblar sus esfuerzos para retener a los trabajadores, aumentando las retribuciones y convirtiendo a un mayor número de empleados en fijos. Luego, cada vez hay una mayor base para que los salarios acaben por acelerar su ritmo de avance, aunque esta situación todavía podría tardar algo más en ser visible ya que, en muchos casos, la mejora de la retribución estaría siendo no salarial.
A pesar de la relativa contención de los salarios, el escenario en EEUU se alinea con lo previsto por la Fed sin que se atisben nubarrones en el corto plazo como reflejarán los indicadores adelantados esta semana. Por un lado, el paso atrás de los ISM no evitará que permanezcan en cotas elevadas en el mes de julio con el índice de servicios en 58,2 y el manufacturero en 59,5. Así, junto con los PMIs finales del mismo mes en EEUU, corroborarán la inercia positiva de la actividad y la aceleración de los precios cobrados por parte de los empresarios, a causa de la entrada en vigor de distintos aranceles sobre las importaciones. Por otro, la confianza del consumidor, según el Conference Board, volverá a reflejar el elevado optimismo de los hogares estadounidenses y el viento a favor para el consumo, apoyándose en cuestiones como el mencionado buen momento del mercado laboral.
Intermoney Análisis y Estudios. Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.