Powell ante el SenadoLa comparecencia de Powell ante el Senado deparaba alguna sorpresa en forma de matizaciones de su discurso, tendentes a enfriar las expectativas del mercado. El presidente de la Fed recordaba que no existen evidencias de sobrecalentamiento de la economía de EEUU y que el mercado laboral aún tiene margen de mejora. Sin embargo, más importante era que apuntase la ausencia de pruebas respecto a un aumento decisivo de los salarios estadounidenses. Unas palabras que deben entenderse en un contexto en el que el propio Powell expresaba su preocupación respecto a que la Fed pudiera llegar a ir por detrás del mercado, quedando claro que con estos gestos busca ajustar las previsiones de los inversores. Las palabras del presidente de la Fed llegaban después de unas cifras del PCE central estadounidense en línea con las previsiones, dado que en enero avanzaba un 0,3% m. y un 1,5% a. Unos valores que no ponen en entredicho las expectativas atesoradas en la autoridad monetaria estadounidense acordes con el avance progresivo de su referencia en materia de precios hasta converger, a finales de año, las metas establecidas. Junto al PCE central, los ingresos de los hogares estadounidenses confirmaban los riesgos al alza al aumentar en un 0,4% m. comandados por el avance de las retribuciones salariales en un 0,5% m., dejándose sentir el efecto de la reforma fiscal que también impactaba en la renta disponible real de los hogares que repuntaba un 0,6% m. (+0,9% m. nominal). Aun así, el gasto personal nominal se mostraba comedido ya que repuntaba un 0,2% m. ante las menores compras de coches, cifra que en términos reales se reducía en -0,1% m. La contrapartida positiva a las anteriores cifras radicaba en el incremento de la tasa de ahorro hasta 3,2%, aunque sus bajos niveles nos siguen preocupando y creemos que se trata de una mejora puntual. El viento todavía sopla a favor del consumo de los estadounidenses y esto se dejará notar en el propio ahorro, aunque los datos de los fabricantes de automóviles apuntan que las cifras de gasto personal todavía pueden permanecer débiles en febrero. De momento, General Motors adelantaba un descenso de sus ventas del -6,9% m., argumentando que el impacto de la reforma tributaria y los reembolsos de impuestos todavía no se habrían sentido por completo. Las empresas sí estarían poniendo en valor la reforma y, en particular, la expansión económica en EEUU y global. El ISM manufacturero estadounidense registraba una fuerte escalada hasta 60,8, su máxima lectura desde mayo de 2004. Además, el indicador confirmaba el buen momento de la demanda ya que la cartera de pedidos se situaba en máximos de 13 años (59,8). Las matizaciones de Powell, junto a un PCE central que no sorprendía y un gasto personal real a la baja en EEUU, daban cobertura al avance del euro frente al dólar hasta 1,227 y a las compras del T-Note a 10 años (2,82%). Mientras tanto, el S&P500 acababa cayendo un -1,33%, al tiempo que el Dax se dejaba un -1,97% afectado por el retroceso de las tecnológicas (-2,49%). En Europa, cabía hacer un hueco a la lectura del PIB de nuestro país. El dato final del 4tr17 no daba sorpresas al confirmar el crecimiento del 0,7% trim. y 3,1% a., siendo más interesante la composición del mismo. En términos trimestrales, el avance del consumo de los hogares volvía a moderar hasta 0,6% trim., debiéndonos quedar con esta cifra más que con el avance del 2,5% a. que se veía beneficiado por la inercia positiva de la serie fraguada en primavera. Así, lo importante era la tendencia hacia un crecimiento menos dinámico del gasto de los españoles como consecuencia del agotamiento de la demanda embalsada que se hará más visible en 2018. Sin dejar el consumo, en este caso el público, llamaba la atención el repunte del 0,4% trim. y su aceleración interanual hasta 2,4%. Esta evolución al alza contrastaba con lo ocurrido en los últimos años, cuando la necesidad de cumplir los objetivos de déficit llevaba retrasar gastos desde el último trimestre del año al primero del siguiente. De hecho, desde la esfera gubernamental ya se han apuntado cifras de déficit público del 3% del PIB. Los anteriores aspectos se veían acompañados por el favorable desempeño de la inversión destinada a bienes de equipo que daba continuidad a su buena salud del 3tr17 al crecer un 0,9% trim. en la parte final del año, cerrando 2017 con un repunte del 6,3%. Mientras tanto, la destinada a la construcción repuntaba un 1,0% trim. en el 4tr17 (4,7% en 2017) y, la demanda externa, huyendo de las oscilaciones trimestrales, sumaba casi 0,3 p.p a la actividad en el pasado año y esperamos que lo haga en una cuantía similar en 2018. Los puntos positivos de los datos de contabilidad nacional de España no evitaban que dirigiésemosnuestra atención a dos cuestiones que nos preocupan y parecen generar un inquietante bucle. Por un lado, la debilidad de los salarios con la remuneración por asalariado creciendo un 0,2% a. en el 4tr17 y en la misma cuantía en el conjunto de 2017. Por otro, la debilidad de la productividad con un incremento también del 0,2% trim., pero que se alzaba hasta 0,3% en el año. Luego, los salarios continúan sin experimentar el deseado avance en un país donde el consumo es clave, pero esto ocurre como consecuencia de una productividad casi estancada. Así, vuelve a salir a la luz la necesidad de avanzar desde un modelo donde la competitividad depende de la contención de costes, hasta otro donde ésta dependa de la eficiencia de procesos, la innovación y diferenciación de productos. Autores: Intermoney Análisis y Estudio Francisco Vidal, Garbriel Marquès, Mariano Valderrama