En el cierre de la semana pasada, las autoridades chinas respondían a la posibilidad de que la Casa Blanca aumente los aranceles desde el 10% hasta el 25% a productos chinos por valor de 200 mm. $ anunciando que implementarán nuevos aranceles de entre 5% y el 25% a productos estadounidenses que suman 60 mm. $, en caso de tomar forma las amenazas americanas. Entre estos bienes se encontrarían los aviones, el gas natural licuado y otros productos agrícolas como la soja.
La estrategia de “acción-reacción” en el choque comercial entre EEUU y China continúa tomando fuerza; una situación que podría agravarse hasta las elecciones de mitad de mandato al ser una buena baza electoral para Trump. En paralelo, las presiones sobre el yuan continúan y su depreciación frente al dólar amenaza en convertirse en uno de los quebraderos de cabeza este verano. La divisa china tocaba 6,8972 frente al dólar y los rumores respecto a la actuación de los grandes bancos estatales vendiendo dólares cobraban fuerza, lo cual explicaría que la moneda acabase cediendo mejorando hasta 6,83 frente al billete verde.
El yuan ya toca niveles sensibles y lo está haciendo, además, de forma bastante rápida, coincidiendo con la ultra-actividad de las autoridades del gigante asiático para anunciar medidas de estímulo, lo cual puede generar una sensación de inquietud mayor al poder generar la impresión de que las debilidades son mayores de lo percibido. De hecho, un cuerpo gubernamental de alto nivel, el Consejo de Estado de Estabilidad Financiera y Comisión Desarrollo (FSDC por sus siglas en inglés) abogaba por equilibrar el crecimiento económico con la prevención de riesgos, mientras que el vicepresidente chino que comanda el Consejo apostaba por prestar mayor atención a la transmisión de la política monetaria para respaldar a la economía real.
Las llamadas oficiales para apoyar el crecimiento en China, además de la corriente al alza que pide un proceso de desapalancamiento más amable para la actividad, pueden acabar por generar una indeseada imagen de problemas ante el deterioro del yuan. De momento, la siguiente prueba la tendremos en los próximos días, después del comportamiento a la baja de los PMIs del gigante asiático. El lunes, tendremos datos de la cuenta corriente del 2tr18 y, en caso de asistir a sorpresas negativas, podríamos asistir a un peligroso golpe para el yuan, sobre todo, después de que en el 1tr18 este dato reflejase un déficit de -34,1 mm. $ que suponía un dato excepcional al tenernos que remontar hasta el 2tr01 pasa asistir a otra cifra negativa (-896 mill. $).
En caso de asistir a otro dato deficitario la inquietud hacia China podría aumentar, sobre todo, si el ajuste de las reservas internacionales se torna mayor de lo esperado. De momento, el consenso de Bloomberg apunta a que se situarán en 3.107 mm. $ en julio frente a los valores de 3.112 mm. $ del mes anterior. Por lo tanto, en nuestra opinión, los datos de cuenta corriente y reservas internacionales podrían llegar a ser más importantes que los de balanza comercial de julio en China, los cuales se esperan que arrojen la moderación del crecimiento de las exportaciones en dólares hasta el 10% a. Un comportamiento que vendrá a alimentar ciertas inquietudes.
Los datos pueden alimentar los temores hacia China en los próximos días en un escenario en el que la situación de otros emergentes como Turquía genera una inquietud lógica. De momento, el índice Morningstar Emerging Markets High Yield ya muestra que la recuperación desde los mínimos de junio se ha frenado.
Luego, deberemos estar atentos a la situación en Europa y los emergentes, mientras que en EEUU las noticias siguen siendo positivas. La economía estadounidense crecía un 4,1% trim. a. en el 2tr18 y las perspectivas para el presente trimestre continúan siendo buenas. Éste era el caso de las nóminas no agrícolas en julio que aumentaban en 157.000 frente a las 193.000 esperadas por el consenso; diferencia que era más que compensada por la revisión al alza de los datos anteriores que reflejaban 59.000 empleos más de los anteriormente estimados. En otras palabras, en conjunto, el número de nóminas es mayor de lo previsto por el mercado.
La evolución del mercado laboral en EEUU sigue siendo francamente positiva, especialmente, si tenemos en cuenta que estamos en una situación de pleno empleo. La tasa de paro se sitúa en el 3,9% y el subempleo ha caído hasta el 7,5% (el mejor dato desde principios de 2001), al tiempo que la población activa se sitúan en máximos históricos de 162,24 mill. de personas. En conjunto, cifras muy positivas cuyo único punto disonante se encuentra en el avance de los salarios por hora trabajada que asciende al 2,7% a.
El escenario descrito nos llevaría a esperar más de los salarios, si bien el descenso de la capacidad ociosa y la realidad de unos salarios reales en términos negativos nos llevan a esperar más de los mismos en un futuro. En el segundo caso, las tasas negativas pueden derivar en una mayor beligerancia en las peticiones salariales de los trabajadores, facilitada por un entorno con 6,6 mill. de puestos de trabajo disponibles de acuerdo con lo apuntado por la encuesta JOLTS en mayo. El próximo martes, conoceremos los datos JOLTS de julio y esperamos otro buen registro.
Luego, los salarios acabarán por responder al escenario más pronto que tarde y retroalimentarán la inflación, la cual escalará el viernes en EEUU hasta el 3,0% a. de acuerdo con los registros de julio. Un dato muy influenciado por las alzas de la energía, pero también del avance de los precios de los servicios excluidas actividades energéticas (3,1% a. en junio) que darán forma a la estabilidad del IPC subyacente en 2,3% a. De forma que los datos siguen apoyando la estrategia de la Fed que, hace unos días, articulaba un tono positivo hacia la economía estadounidense que resultaba acorde con una nueva subida de tipos en septiembre (+25 p.b) y un paso final en el ajuste del balance.
En clave americana, no todo será el comercio (la balanza revelaba el incremento del déficit hasta -46,3 mm. $ en junio), aunque éste ocupará un lugar destacado en los titulares, como también ocurrirá en Europa. El martes, la balanza comercial germana de junio reflejará (en términos ajustados de estacionalidad) un ligero descenso de las exportaciones que no las apartará de la zona de máximos, después de su buen comportamiento en mayo. No obstante, este dato se verá flanqueado por la lógica normalización de la producción industrial en el mismo mes de junio, pudiendo ser utilizada para dar forma a una situación de ruido pasajero en junio.
Más allá de Alemania, las cifras de producción industrial en España y Francia o la balanza comercial en Italia no causarán gran interés, contrastando con la pequeña avalancha de datos en el Reino Unido en la jornada del viernes. Entre éstos, se encontrarála primera estimación del PIB del 2tr18 que revelará su aceleración hasta 0,4% trim., confirmando que el inicio del año se vio complicado por el mal tiempo. De hecho, un sector muy afectado por la climatología como la construcción, reafirmará el mismo viernes su recuperación en el pasado trimestre al estabilizarse en junio después de crecer un 2,9% m. en mayo. Así, el patito feo británico serán las modestas cifras industriales (si tomamos perspectiva) que siguen afrontando un escenario desafiante en los próximos meses, pues como indicaba el gobernador del BoE: la posibilidad de no asistir a un acuerdo respecto al “Brexit” es incómodamente alta.
Finalmente, sólo nos quedar recordar que a finales de la próxima semana asistiremos a la estimación preliminar del PIB de Japón del segundo trimestre 2018, la cual mostrará su recuperación con un avance del 1,4% trim. a. que no dejará de dibujar un escenario de actividad modesta en relación con el esfuerzo realizado para relanzar la economía.
Intermoney Análisis y Estudios. Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.
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