- Las novedades políticas en Reino Unido e Italia serán el principal punto de atención para los inversores en una semana semi-festiva en EEUU debido a la celebración del Día de Acción de Gracias, lo cual garantiza menos liquidez en los mercados y puede llevar a algunos inversores a cerrar sus posiciones europeas en caso de no ver clara la situación en el Viejo Continente. Muchos inversores estadounidenses se tomarán un largo fin de semana de vacaciones y, en caso duda, no correrán riesgos.
- En Reino Unido, las tensiones entre los tories han abierto la posibilidad de asistir a una moción de confianza a nivel interno contra May y, desgraciadamente, no puede descartarse que acabe tomando forma. A última hora del viernes, se apuntaba que 20 parlamentarios conservadores apoyaban el proceso y resultan necesarios sólo 48 apoyos para que se active. Así que la posibilidad de una escalada en la crisis británica es bastante real, aunque la ausencia de un candidato claro para sustituir a May y la posibilidad de ruptura del partido conservador, pueden llevar a que la amenaza no se consume. Empero, habrá que seguir muy atentos a la actualidad política británica.
- En este contexto, cobra importancia la intervención del presidente del BoE en los próximos días, articulando un discurso tranquilizador al dejar clara su actitud vigilante y el compromiso de la entidad con la estabilidad financiera. En otras palabras, recordará que existe la red de seguridad del BoE y, seguramente, también apuntará que no cree que sea necesario utilizarla con el fin de no echar más leña al fuego. No obstante, sus palabras sí que servirán al mercado para reforzar su escepticismo hacia las subidas de tipos en los próximos meses en Reino Unido, situando la primera en noviembre de 2019 con una probabilidad del 72,2%.
- En el caso de Italia, primero, habrá que comprobar si la predisposición de sus autoridades para evitar potenciales sanciones acaba por plasmarse en cierto acercamiento a Bruselas, conllevando un proceso que permita eludir el choque que no quieren en la Comisión Europea. De lo contrario, el próximo día 21 de noviembre, seguramente, la Comisión abra un expediente disciplinario apoyado en un informe relatando los incumplimientos de las cuentas públicas de Italia. Así, con el respaldo de los gobiernos de la UE, el siguiente paso sería la apertura formal del procedimiento de déficit excesivo.
- La activación acelerada del proceso de déficit excesivo es un hecho extraordinario en Europa, dado que bajo el calendario tradicional ésta debería tomar forma en abril y, seguramente, lo haga en enero. En Bruselas se están viendo obligados a dar pasos que no quieren con la vista puesta en las elecciones europeas de mayo y el fortalecimiento de las opciones políticas extremas, explicando el perfil bajo de las intervenciones de los comisarios. Así, la Comisión sigue encomendándose al castigo de los mercados para que el gobierno de Italia cambie de opinión, dado que la primera fase del proceso de déficit excesivo sólo conlleva que las autoridades italianas tienen de 3 a 6 meses para proponer acciones que enmienden la situación. Una hecho que no les hará cambiar de opinión.
- Luego, seguiremos sumidos en una situación de cruce de declaraciones y cuyo desbloqueo sólo puede ser provocado por el mercado, quizás con la ayuda del BCE. En diciembre, la entidad comunicará el fin de las compras netas de activos y, de no haber cedido Italia, quizás también pueda dibujar una guía de reinversiones de su cartera que incomode en un país como Italia que debe captar 300 mm. € en los mercados durante 2019.
- El próximo jueves, las actas del BCE evidenciarán que las compras netas de activos llegarán a su fin en 2018. Más allá de la debilidad reciente en la UEM, éstas recordarán el tono positivo de sus miembros hacia la actividad en el área y recordarán que los riesgos hacia la misma pueden calificarse como ampliamente equilibrados. Un mensaje que será reforzado gracias a la proliferación de declaraciones del bando duro del BCE, pues están programadas intervenciones de Nowotny, Knot y Weidmann. En todos los casos, esperamos que vengan a restar importancia al debilitamiento reciente de la actividad en la zona euro y enfaticen la necesidad de avanzar hacia una política monetaria menos generosa. Así que, una vez dado por hecho el fin del QE, esto implicará que se señale a los tipos.
- En cuanto a EEUU, las cuestiones comerciales en una semana semi-festiva pueden ganar en importancia, sobre todo, después de que el viernes Trump apuntase “ojalá tengamos un trato” en relación a las negociaciones con China. Las palabras del presidente alimentaban las esperanzas de un acuerdo y diluían los temores a nuevos aranceles, pudiendo servir para impulsar las bolsas en el arranque de la semana compensando los omnipresentes problemas políticos en Europa.
- El variable carácter de Trump es conocido y el riesgo de asistir a un mensaje en la dirección contraria el lunes es posible aunque, esta vez, la necesidad de “apuntarse un tanto” con China diluye este riesgo. Luego, pueden consolidarse las noticias positivas desde la perspectiva comercial y esperemos que también lo hagan en el ámbito del consumo. El jueves será Acción de Gracias y esto implica que se avecina el periodo de mayor consumo del año en EEUU, flanqueado por el Black Friday y el Cyber Monday. La última encuesta de Ipsos apunta que el 38% de los estadounidenses tiene planeado comprar el próximo viernes y, de estos, el 60% realizará la mitad de sus compras navideñas.
- No obstante, los cambios sufridos en las campañas comerciales obligan a abstraerse de las cifras del viernes y tomar las del conjunto del periodo de jueves a lunes, si bien el mercado irá poniendo poco a poco en valor los datos que se conozcan. En principio, se anticipa un buen periodo de ventas pero, a cambio, los agresivos descuentos están haciendo que se adelanten las compras de la campaña navideña y asistamos a malos datos en diciembre. Un hecho que cobra importancia en países que se han incorporado a este fenómeno como Reino Unido e, incluso, España.
- Finalmente, en el ámbito institucional la OCDE actualizará sus previsiones. En mayo, el organismo revisaba una décima a la baja sus estimaciones para el crecimiento global en 2018, situación que se repetirá y será extrapolable a 2019.
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