El inicio de semana viene marcado por las conclusiones de la reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G-7 de este fin de semana. Una vez más, los líderes económicos del organismo mantuvieron un discurso continuista que recuerda la falta de liderazgo sustentado en planes palpables y factibles para relanzar el crecimiento global.
Así, se insistió en el uso de la política fiscal para potenciar la creación de empleo, siempre y cuando la deuda pública sea sostenible, y en el apoyo de la política monetaria condicionado a un escenario de inflación bajo control. Todo en línea con los intereses de EEUU, dejando fuera de las discusiones cualquier alusión al proteccionismo. Calentando motores para los comicios generales de Alemania de septiembre, este fin de semana las elecciones en el länder más poblado del país (Renania del Norte-Westfalia) se saldaban con la victoria del partido de Merkel, la CDU, con el 32,96% de los votos (26% en 2012), mientras que el SPD obtenía el 31,22% (39% en 2012).
De manera que la mayoría de los dos grandes partidos alemanes no se vería amenazada. Además, la economía alemana va por buen camino, aunque desde el FMI se volvía a insistir en que es el momento propicio para que el país use su colchón fiscal para invertir en infraestructuras mientras se promueven alzas salariales. Mientras tanto, el presidente del Bundesbank reclamaba al BCE un mayor protagonismo de los supervisores nacionales, al tiempo que realizaba algunas matizaciones sobre el Mecanismo Único de Supervisión: “No tenía la intención de ser una organización jerárquica única, sino más bien una red de supervisión” y “Aún existen muchas percepciones erróneas al respecto”.
Como vemos, un arranque de semana con cuestiones de cierta importancia en lo político e institucional, pero también con algunos indicadores que merecen nuestra atención, como las cifras preliminares de PIB del 1tr17 en Grecia, que venían a explicitar las dificultades que perviven en la economía helena al retroceder un -0,1% trim. y -0,3% a. Los datos de PIB de Portugal fueron positivos (1tr17 del 1,0% trim. y 2,8% a.) por lo que las preocupaciones portuguesas viraban hacia la escasa liquidez de su deuda pública, como explicitaba el responsable del área de análisis del Tesoro luso: “El BCE ha reducido las compras de deuda portuguesa debido a las restricciones que ha establecido, por lo que ahora están comprando menos de la mitad de lo que correspondería con la clave de capital.
Hemos visto que esto tuvo un impacto en nuestro mercado el año pasado, pero creo que el BCE es capaz de hacer esto de una manera suave, pero es algo que puede preocuparnos”.
Respecto a EEUU, empezábamos la semana con la negativa sorpresa de la encuesta manufacturera de Nueva York que cedía desde 5,2 en abril hasta -1,0 en mayo, situándose muy lejos del 7,5 esperado por el consenso. Un dato que se unía a un consumo que no acaba de convencer si analizábamos con detalle las cifras de ventas minoristas del pasado viernes, pues aumentaban un 0,4% m., después de ser revisado al alza su dato de marzo desde -0,2% m. hasta 0,1% m. Sin embargo, el problema radicaba en que las cifras señaladas son nominales y deben ser puestas en relación con el comportamiento de la inflación. En el mes pasado, el IPC estadounidense aumentó un 0,2% m. y esto implica un revivir más comedido de las ventas minoristas en términos reales. Se impone centrarse en China empezando por las referencias que conocíamos durante la madrugada del lunes. Las ventas minoristas chinas moderaban ligeramente en abril hasta 10,7% a. y mostraban cierto atemperamiento en 2017. La actividad industrial era la que concentraba las sorpresas a la baja al frenar más de lo esperado hasta 6,5% a., quedando su avance en el conjunto del año hasta abril en 6,7%.
Un freno con dos grandes protagonistas cuya evolución no debía leerse en clave del momento de la actividad económica. El primero era el retroceso del -8,3% a. de la fabricación de automóviles, vinculado a la caída de las ventas ocasionado por los cambios impositivos en China. Por otra parte, el segundo punto débil tomaba forma de producción de acero, la cual choca con la realidad del exceso de capacidad y la bajada de precios.
Por su parte, la inversión china moderaba desde 9,2% a. en marzo hasta 8,9% a., viéndose este proceso alimentado por la contención de la formación bruta de capital en el sector secundario (+3,5% a.). Un hecho que en sí debemos considerar positivo. En este entorno, las autoridades chinas están obligadas a realizar auténticos “encajes de bolillos” para evitar los excesos pero sin frenar la economía. En Europa destacarán las dos grandes citas de hoy: la segunda estimación del PIB de la UEM del 1tr17, que reafirmará su avance del 0,5% trim., y los índices ZEW germanos de confianza, que registrarán pocos cambios en mayo, pero su sesgo será positivo en línea con el buen desempeño de la economía. Además, los datos de IPC de abril confirmarán su recuperación entre los altibajos del “efecto Semana Santa”. A pesar del comportamiento positivo del crecimiento en la Eurozona y el repunte de la inflación en el área, no esperamos grandes titulares de las comparecencias de los miembros del BCE en los próximos días.
La actualidad también nos llevará a estar pendientes de Japón, donde se publicará el PIB preliminar del 1tr17. Éste registrará un avance del 1,8% trim. a. (según el consenso de Bloomberg), gracias al buen tono de la demanda externa. Por último, se impone realizar un apunte sobre el petróleo y las presiones al alza cortoplacistas que puede vivir ante el acuerdo alcanzado entre Arabia Saudí y Rusia para prolongar, al menos hasta marzo de 2018, el actual acuerdo de reducción de bombeo, justo en la antesala del próximo encuentro de la OPEP del 25 de mayo y en un entorno en el que se especula con que productores de menor tamaño se unan a los recortes, entre ellos, Guinea Ecuatorial y Turkmenistán.
Autores: Intermoney Análisis y Estudio
Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama
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