Panorámica semanal: Citas institucionales
La semana europea arrancará con la publicación de los PMIs finales de octubre en la UEM, los cuales no darán lugar a grandes sorpresas y ratificarán el escenario de crecimiento dinámico que atraviesa la zona euro al situarse el indicador compuesto en 55,9 puntos, a pesar de su moderación. Así, dicho escenario coincidirá con el reflejado por la actualización de las previsiones de la Comisión Europea el próximo jueves.
En IM, esperamos que la Comisión revise al alza las previsiones de crecimiento para la UEM de este año y el siguiente, alineándose con nuestro actual escenario. De hecho, nuestras estimaciones apuntan un avance del PIB del 2,3% en 2017 y del 1,9% para 2018, frente a las cifras de 1,7% y 1,8% de las previsiones de primavera de Bruselas. En esta línea, debemos tener en cuenta que el efecto arrastre del buen desempeño de la actividad en 2017 ya explicaría un crecimiento del 0,8-0,9% el año que viene, aunque la Eurozona se mantuviese estancada durante todo el año 2018 respecto al 4tr17. Por otra parte, a nivel nacional, destacarán las revisiones al alza del crecimiento previsto para 2017 en países como España y Alemania.
En cuanto a la inflación, esperamos únicamente ajustes residuales que también acercarán las previsiones de la C.E para la Eurozona a las que atesoramos en IM (1,5% en 2017, 1,4% en 2018 y 1,6% en 2019). Dichos ajustes se producirán teniendo en cuenta la actual evolución de los precios del petróleo, que apuntan a riesgos al alza para 2018 ya que el descontado efecto base negativo podría no llegar a producirse en el ámbito energético (incluso, podría darse un comportamiento al alza).
Respecto a la tasa de desempleo de la Eurozona, ésta se actualizará en concordancia con la evolución prevista del PIB (en IM esperamos cifras del 9,1% en 2017 y del 8,7% en 2018); una acción que también se llevará a cabo en las proyecciones de déficit público, las cuales serán mejoradas. En conjunto, presenciaremos un escenario más positivo que adelantará una evolución más saludable para la economía de la UEM.
Antes, en la tarde de hoy y sin presiones desde la perspectiva del escenario económico, el Eurogrupo abordará el relevo de su actual presidente (la votación tendrá lugar el 4 de diciembre), junto al futuro de la unión bancaria y las normas fiscales del área de la moneda única. El problema es que la actual mejoría del escenario juega en contra de la propia consecución de acuerdos, dado que se pierde el sentido de urgencia para afrontar los puntos débiles. En otras palabras, esperamos poco del debate sobre el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos, aunque la Comisión presentase en octubre un plan para intentar desbloquear la iniciativa.
Tampoco debe esperarse mucho de las discusiones en materia fiscal, pues los países abordarán la posibilidad de crear un instrumento que permita responder de forma conjunta a futuras crisis con posiciones dispares, las cuales van desde los que no ven necesaria tal medida hasta la petición de un presupuesto propio para la Eurozona. En definitiva, asistiremos a un discurso políticamente correcto en los puntos expuestos, mientras que pueden darse apuntes más interesantes respecto al futuro del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Mientras tanto, el Parlamento Europeo avanza en paralelo y ya ha aprobado dos nuevos reglamentos que entrarán en vigor el 1 de enero de 2019, los cuales establecen los requisitos de capital y retención de riesgos que deberán asumir los bancos en sus titulizaciones. Una regulación con la que se busca revitalizar este instrumento con el fin de devolverlo a los niveles medios pre-crisis en la U.E, lo cual se estima que podría generar una financiación extra de 100-150 mm. € al año en los socios comunitarios.
Entre tantas citas institucionales en Europa, llegará el Boletín Económico del BCE. No obstante, el documento de la autoridad monetaria no hará más que apoyar el discurso que acompañó a la adopción de las últimas medidas, esto es, reafirmará un tono acorde con la reducción de las compras de activos hasta 30 mm. € al mes con el inicio de 2018 y su prolongación hasta septiembre.
Por lo tanto, la posición oficial del BCE huirá de plantear cualquier debate sobre el futuro de las compras de activos más allá de septiembre, si bien las voces duras de la entidad no hacían lo mismo. El gobernador del Banco de Austria, Ewald Nowotny, planteaba la posibilidad de iniciar un proceso “más definido de tapering” a partir de septiembre. Este posicionamiento se alinea con nuestro escenario acorde con que los “halcones” forzarán, en el encuentro de junio, el planteamiento de una fecha para la finalización del QE.
En dicha línea, Nowotny restaba importancia a la no consecución de los objetivos de inflación en los próximos años y tomaba nota de un efecto base energético que podría no llegar a producirse: “Pienso que las tasas de inflación de 2018 pueden ser mayores de lo anticipado debido a que estamos asistiendo a la evolución al alza de los precios de la energía”. Un punto en el que coincidimos con la opinión del austríaco, pero no en lo que se refiere a los paralelismos que establecía con Reino Unido, planteando escenarios de rápida recuperación de la inflación. El efecto “Brexit” marcó la diferencia.
El “Brexit” seguirá condicionando el devenir de la economía del Reino Unido más allá del corto plazo. De momento, la patronal británica (CBI) señalaba que el freno del crecimiento no iba a más en octubre, aunque la actividad continuaba evolucionando peor de lo previsto meses atrás. La realidad es que el repunte de la inflación, como efecto colateral del “No” a la U.E, ha dañado al consumo y la incertidumbre de las relaciones futuras con los todavía socios pesa en las empresas. De momento, se espera que la demanda externa pueda cubrir parte del hueco del consumo y la inversión pero, de cara al futuro menos cercano, el riesgo es que no haya acuerdo con Bruselas, como recordaba este fin de semana el gobernador del BoE: “A corto plazo, sin dudas, si tenemos un acceso materialmente menor (al mercado único de la UE) que el que tenemos ahora, esta economía tendrá que reorientarse y esto pesará sobre el crecimiento durante dicho período”.
En EEUU, una vez sabido que Jerome Powell ha sido propuesto como nuevo presidente de la autoridad monetaria a partir de febrero de 2018, queda por determinar quiénes ocuparán los tres puestos vacantes que quedan entre los gobernadores, incluido el del vicepresidente. Si bien dos de estos puestos no han sido ocupados desde la crisis financiera, la ocasión puede ser aprovechada por Donald Trump para proponer a candidatos con un perfil que se adecúe a sus intereses.
No obstante, si lo anterior no fuera poco, los rumores apuntan a que el presidente de la Fed de Nueva York podría anunciar esta semana su retiro temprano del puesto, siendo su intención hacerlo efectivo en primavera de 2018. Luego, otra pieza clave dejaría la institución asignando mayor valor a las palabras del vicepresidente de la Fed de Nueva York de esta semana, con el fin de conocer el sentir de una persona que puede ganar peso en el sistema de la Reserva Federal.
Respecto a los datos, la semana estadounidense arrancará todavía a la sombra de las referencias del viernes. En concreto, de los saludables datos de nóminas no agrícolas, cuya revisión al alza en +90.000 en los meses anteriores más que compensaba el dato ligeramente por debajo de lo previsto en octubre (261.000 vs. 313.000 estimado por el consenso de Bloomberg). Así, el buen tono de los payrolls se sumaba al reflejado por la tasa de subempleo, que igualaba su mínimo valor desde 2006 (7,9%) al verse beneficiada por el fin de la adversa climatología que había obligado a un importante número de personas a trabajar a tiempo parcial. Por el contrario, los salarios decepcionaban al desacelerar hasta 2,4% a. desde un dato de septiembre revisado a la baja en una décima (2,8% a.), aunque este hecho podía achacarse al retorno al trabajo de muchos empleados con labores de bajo valor añadido después de los huracanes.
Autores: Intermoney Análisis y Estudio
Francisco Vidal, Garbriel Marquès, Mariano Valderrama