Panorámica semanal: cargada de reuniones
La política monetaria se convertirá en la principal protagonista de la próxima semana ante las reuniones que celebrarán el BCE, la Fed y el BoJ. En el primer caso, tal y como sugerían los últimos mensajes lanzados desde Frankfurt, la entidad presidida por Mario Draghi discutirá el futuro de las compras netas de activos. Un ejercicio que creemos se saldará con el apoyo a su desmantelamiento paulatino durante el 4tr18. Salvo sorpresas, el BCE dará a conocer la articulación de una menor generosidad monetaria mediante unareducción del QE que pasará de un volumen de compras de 30 mm. €/mes en octubre a 0 en el arranque de 2019, el cual creemos que se articulará a razón de una reducción de -10 mm. €/mes.
Tales acciones se anunciarán bajo el marco de la actualización de las previsiones macroeconómicas del BCE para la UEM. Éstas sustentarán la menor laxitud de la política monetaria en zona euro, dado que apuntarán el crecimiento de la economía por encima de su potencial (1,5%) en el corto plazo experimentando una progresiva moderación hacia el mismo. Mientras tanto, a pesar de los altibajos, las previsiones de inflación seguirán apuntando hacia la convergencia con las metas del BCE en el medio plazo.
Las anteriores cuestiones, traducidas a números, se plasmarán en un ligero recorte de la proyección de PIB para 2018 (2,4% en marzo) hasta 2,2% tras un arranque de año más flojo de lo previsto; una circunstancia que “arrastrará” ligeramente a la baja la estimación para el próximo ejercicio (1,9% en marzo) y provocará que el cuadro macroeconómico del BCE se acerque al escenario que consideramos en IM.
Por su parte, la previsión de inflación para este año sufrirá un ajuste al alza debido a la evolución reciente del petróleo y del euro que condicionarán los supuestos técnicos; un movimiento que se verá acompañado por la proyección de unos mayores precios a nivel subyacente. De hecho, tal revisión al alza se alineará con la aceleración de los precios acontecida recientemente en la UEM y de la que darán fe los datos finales de mayo. Éstos confirmarán que, en el agregado de la Eurozona, el repunte de la partida de servicios (1,6% a.) impulsó la recuperación del IPC subyacente (incluido alcohol y tabaco) hasta 1,3% a. Un hecho que consideramos mucho más importante que la influencia al alza de la volátil energía.
Junto a los datos de precios, destacarán las cifras de producción industrial de la zona euro, las cuales registrarán un retroceso en abril dada la negativa evolución de la actividad del sector en Alemania (-1,0% m.), Francia (-0,5% m.) y España (-1,8% m.). Luego, un nuevo dato que alimentará las dudas de los inversores hacia la zona euro y que se sumará a las adversas cifras de órdenes industriales germanas de la semana pasada. Ante este trasfondo, los índices ZEW de confianza de analistas e inversores alemanes darán continuidad a su deterioro en junio, sobre todo, en el caso de las expectativas. Además, el ánimo de los inversores volverá a verse afectado por la incertidumbre política europea y las dudas respecto al aumento del proteccionismo.
En este sentido, la cuestión comercial estuvo muy presente en la reunión del G-7 que tuvo lugar durante el fin de semana. La cumbre fracasó estrepitosamente en el objetivo de rebajar las tensiones y, aunque las grandes potencias habían sido teóricamente capaces de consensuar un comunicado en el que acordaban reducir aranceles y subsidios, de forma genérica, y se comprometían a modernizar la OMC, las comparecencias posteriores de los líderes apuntaban al mantenimiento de las divergencias, principalmente, con EEUU. En paralelo, la política estuvo también presente en Suiza, donde por referéndum se rechazaba una iniciativa popular que daba al Banco Nacional del país poderes plenos y exclusivos en materia de creación de dinero.
De vuelta a la política monetaria, también deberemos estar atentos a la reunión de la Fed del miércoles, sobre todo, a la actualización de las previsiones que acompañarán al encuentro, una vez que el mercado ya descuenta una nueva subida de tipos de +25 p.b. hasta 1,75%-2% y un nuevo paso en el ajuste del balance de la Reserva Federal. En marzo, existió una situación casi de equilibrio entre quienes defendían tres subidas de tipos en 2018 y los que apostaban por cuatro.
Los últimos datos, acordes con la aceleración de la actividad estadounidense y una inflación al alza, pueden ayudar a un pequeño vuelco en las estimaciones de tipos de los consejeros. Un hecho que no causaría gran impacto en el mercado ya que, por ejemplo, el consenso de Bloomberg apunta niveles de 2,4% al finalizar 2018, acordes con un intervalo de 2,25%-2,50%. Así, más importancia tendrán los tipos estimados a largo plazo (2,9%), los cuales esperamos que arrojen pocos cambios y respalden el hecho de que las tasas esperadas por el FOMC para 2020 serán restrictivas (3,4% en marzo).
Frente a las anteriores cuestiones, los cambios marginales en las previsiones de crecimiento e inflación para EEUU serán secundarios. Por lo tanto, el otro gran punto de interés estará en la rueda de prensa de Jerome Powell. En ella, el presidente de la entidad recalcará la solidez del mercado laboral estadounidense marcada por el pleno empleo y un subempleo a la baja, acordes con una capacidad ociosa en mínimos, que respaldarán el aumento de las presiones salariales. Asimismo, Powell recordará que el reciente ruido vivido en las tasas de inflación estadounidenses debe considerarse como un hecho puntual, siendo lo importante que el IPC y, sobre todo, el PCE central evolucionarán de forma consistente hacia los objetivos de la autoridad monetaria en el medio plazo.
De esta forma, la comparecencia de Powell del miércoles recogerá lo acontecido con los datos de IPC en EEUU un día antes. El índice general de inflación avanzará hasta tasas de 2,8% a., si bien hay que tener en cuenta el efecto alcista que provendrá de la energía y de los precios de la telefonía móvil. Aun así, tal dato supondrá “viento a favor” para que la Fed anuncie una subida de tipos y un nuevo ajuste del balance, el cual en septiembre alcanzará “velocidad de crucero” (50 mm. $/mes) en consonancia con el sólido crecimiento económico.
Autores: Intermoney Análisis y Estudio
Francisco Vidal, Garbriel Marquès, Mariano Valderrama