Panorámica semanal: Actividad institucional europea
El viernes, toda la atención se centraba sobre los EEUU, pues se publicaban datos de gran relevancia. En concreto, conocíamos que la inflación estadounidense moderaba más de lo esperado en junio y se situaba en 1,6% a. afectada por la caída de los bienes energéticos, si bien el contrapunto lo ponía la estabilidad de la subyacente en 1,7% a. que superaba la caída de los precios de la telefonía. Una noticia agridulce para la Fed que se sumaba a las decepcionantes cifras en el terreno del consumo.
La revisión de la serie y el efecto de los precios energéticos inyectaban ruido en las ventas minoristas, las cuales corregían un -0,2% m. en junio. Un dato débil que convivía con los descensos del -0,1% m. una vez restado el efecto de las ventas de automóviles y estaciones de servicio, lo cual confirmaba el peor desempeño del consumo que, a su vez, era ratificado por el freno hasta 0,9% trim. a. del conjunto de las ventas minoristas. Tampoco ayudaban las perspectivas hacia el consumo al apuntar cautela, pues la confianza de Michigan descendía a niveles de 93,1 puntos en julio, arrastrada por la caída de las expectativas (80,2).
Así, el único dato realmente positivo en EEUU era el repunte del 0,4% m. de la producción industrial, beneficiándose de la mejoría de la actividad manufacturera (0,2% m.) que convivía con un avance todavía fuerte de la actividad minera (1,6% m.). Un hecho que tenía una segunda derivada, pues dichos datos de la actividad minera están muy vinculados a la extracción de hidrocarburos no convencionales y apuntan que la oferta de crudo estadounidense seguirá aumentando y, con ella, perdurará la sobreoferta global. En otras palabras, el respiro que daban al petróleo las previsiones de demanda de la Agencia Internacional de la Energía, acordes con un aumento de la demanda mundial del 1,5% en 2017 hasta 98 mbd (+100.000 vs. mes anterior), acabará por quedar en el olvido.
En cuanto a los mercados, la reacción a los débiles datos de EEUU y a la desconfianza en torno a la rapidez de la Fed para continuar endureciendo su política monetaria se producía en forma de comprasde T-Notes, con el diez años en 2,33%. También se veían recortadas las rentabilidades de la deuda pública europea y el bono español a diez años registraba 1,651%%. Por su parte, el S&P500 alcanzaba máximos (2.459 puntos), en un día en el que se publicaban importantes resultados corporativos. Concretamente, conocíamos que JP Morgan registraba un beneficio de 7,03 mm. $ y Citi obtenía ganancias netas de 3,8 mm. $, mientras que Wells Fargo registraba un beneficio de 5,8 mm. $.
Los anteriormente mencionados resultados empresariales también tendrán incidencia en los mercados durante la semana que comienza, siendo los más relevantes los de Bank of America, Goldman Sachs, IBM, Johnson & Johnson, Morgan Stanley, American Express, Bank NY Mellon, Microsoft, Philip Morris, Visa, General Electric (EEUU) y Telenor, Novartis, Ericsson, Electrolux, Volvo, Nordea Bank, Unilever, Telia Sonera, Danske Bank, SAP, Fortum, Valeo, Tele Bank, Getinge (Europa). Por otro lado, las referencias macroeconómicas del viernes en EEUU seguirán pesando sobre los treasuries y el dólar y escasa incidencia tendrán los datos de construcciones iniciadas y permisos, a pesar de su mejoría (1,150 y 1200 mill. a.).
En Europa, habrá que estar atentos a las palabras de Mario Draghi después de la reunión de política monetaria del BCE del próximo jueves. Los matices pueden ser importantes, sobre todo, cuando el mercado ha demostrado una función de reacción muy distinta ante mensajes similares, como ya fue demostrado por su comportamiento ante algunos comentarios que se realizaron durante el último Fórum de la entidad en Portugal. En aquella ocasión, el tono positivo de Draghi y que incidiese en la sustitución de las fuerzas deflacionistas por las inflacionistas, provocaron importantes movimientos. Ahora, seguramente, Draghi opte por realzar el comportamiento favorable del IPC subyacente en la UEM, el cual mejoró en junio hasta 1,1% a. frente a la moderación hasta 1,3% a. del índice general, como nos lo recordarán las cifras que conoceremos el lunes.
El discurso, que dará mayor relevancia al papel positivo de las fuerzas internas sobre la inflación de la Eurozona que al lastre de las fuerzas globales vinculadas a la energía, deberá ser tenido muy en cuenta. No obstante, la gran clave estará en un simple hecho que ya era discutido en junio: la potencial modificación de la guía de compras de activos. En nuestra opinión, de producirse, se circunscribiría a la retirada de la expresión “ampliar el volumen” a la hora de referirse a las mencionadas compras de activos. De forma que, si esto ocurriera, el mercado reaccionaría con compras de calado de deuda soberana en euros y avances de nuestra divisa, pues las filtraciones de Wall Street Journal respecto a que se tomaría en septiembre o octubre (como mucho) una decisión sobre el fin progresivo de las compras en la UEM, pasarían a ser una realidad factible.
Más allá, Draghi hará mención al fortalecimiento de la recuperación de la zona euro y a señales de mejora como el alivio de las condiciones del crédito bancario, reveladas por la encuesta trimestral de la entidad el próximo martes. Éstas serán las grandes citas en la UEM en una semana en la que sólo conoceremos la estabilidad de la confianza de los inversores y analistas alemanes (ZEW) en niveles sólidos, junto al buen tono de la confianza de los consumidores de la Eurozona.
La actualidad de bancos centrales también pasará por Japón, donde los mensajes más positivos no esconderán los problemas de fondo para “tirar de los precios” con unas medidas cuya eficacia, cada vez, es más cuestionable. Así, la reunión del BoJ se convertirá en el principal evento de la semana asiática, si bien ésta arrancaba con la publicación de datos de gran calado en China. En concreto, el PIB chino del 2tr17 mostraba un crecimiento para la economía china de 6,9% a., superando la estimación de 6+,8% y confirmando, así, el progreso en el crecimiento del segundo semestre. Tales datos eran respaldados por la solidez de las cifras de ventas minoristas de junio que alcanzaban el 11% a., destacando el apoyo de partidas como el material de oficina o los cosméticos. Además, otra de las sorpresas en el ámbito chino era el sólido repunte de la producción industrial que crecía un 7,6% a. A pesar de los datos positivos, las bolsas chinas se movían en negativo, destacando, en particular, la caída del Shenzhen de casi el 3% a primera hora de la mañana.
Autores: Intermoney Análisis y Estudio
Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama