Otoño es la fecha
El BCE no sorprendía y el jueves mantenía el tipo de interés en el mínimo histórico (0,0%), si bien Mario Draghi modulaba el mensaje respecto al programa de compra de deuda, en la actualidad en 60 mm. €. Según palabras textuales: “Si la perspectiva se vuelve menos favorable, o si las condiciones financieras se vuelven incompatibles con nuevos avances hacia un ajuste sostenido en el camino de la inflación, estamos listos para aumentar nuestro programa de compra de activos en términos de tamaño y/o duración”.
Además, explicaba que el BCE “decidirá en otoño la orientación de su política monetaria”y que “casi todas las decisiones sobre la retirada de estímulos se tomarán en octubre”.
A pesar de que el Consejo del BCE veía consistencia en los actuales niveles de inflación (mantenía inalterada la estimación para 2017 en 1,5%), la entidad decidía moderar levemente a la baja sus perspectivas de IPC para 2018 (de 1,3% a 1,2%) y para 2019 (de 1,6% a 1,5%). Draghi ratificaba una perspectiva invariable para la actividad de la zona euro en el medio plazo, algo que quedaba a relucir con el mantenimiento de las proyecciones de crecimiento para 2018 y 2019 (1,8% y 1,7%, respectivamente).
Al mismo tiempo, el italiano confirmaba que la expansión económica, que se aceleró más de lo esperado en la primera mitad de 2017 y cuyas cifra eran corregidas al alza(2,2% vs 1,9% ant.), continúa siendo sólida y amplia en todos los países y sectores.
Aunque dicha solidez todavía no se ha contagiado a la inflación, lo que quedaba confirmado por la escasa variación en las proyecciones de IPC. En paralelo, se advertía de que la reciente volatilidad del tipo de cambio representa una “fuente de incertidumbre” en la formulación de la política monetaria que requiere un seguimiento de sus posibles implicaciones para las perspectivas a medio plazo de la estabilidad de precios.
Así, los mercados se quedaban con el mensaje de que la esperada disminución de los estímulos podría ser más gradual de lo que actualmente anticipan algunos operadores del mercado, sobre todo, apoyándose en el recorte de las previsiones de inflación para 2018 y 2019.
Por otro lado, se dejaba claro que los riesgos se encuentra equilibradospues, por un lado, el impulso cíclico positivo da cabida a una recuperación económica más fuerte de lo esperado, si bien los riesgos a la baja continúan existiendo y vienen de la mano de la evolución de los mercados de divisas y los factores globales.
Luego, Draghi dejaba los deberes para octubre, una fecha en la que se pondrán las cartas sobre la mesa y donde la reducción del programa de compras de activos será el As. Más allá del BCE, el Riksbank mantenía sin cambios el tipo de interés(-0,5%) en su reunión de política monetaria, si bien mejoraba las estimaciones con respecto a la inflación, la cual se espera que repunte.
La mejora era sustancial y para el año 2017 las cifras se revisaban pasando de un 2,2% a un 3,2%; mientras que para el año 2018 se subía de un 2,4% a un 2,7%. Asimismo, el banco central comunicaba que hay expectativas de una política monetaria algo más expansionista en muchos países que son importantes para Suecia.
También se mencionaba importante para el desarrollo de la inflación que el tipo de cambio de la corona no se aprecia demasiado rápido. Respecto a los datos, sólo cabía destacar que el PIB de la Eurozona cumplía con lo esperado y mostraba un crecimiento de +0,6% trim. para el 2tr17 ante una mayor expansión de la inversión en capital fijo, que se alzaba un +0,9% trim., yel consumo de los hogares, que se situaba en +0,5% trim.; mientras que la demanda externa aportaba +0,2 p.p.
Por otro lado, la sorpresa positiva venía de la mano de la revisión de las cifras interanuales que repuntaban un +2,3% a. y daban mayor empaque al dinamismo de la actividad en la zona euro. En clave asiática, las reservas de divisas chinas aumentaban en agosto por séptimo mes consecutivo(3.092 mm. $), si bien esto no ocultaba las salidas de capital, las cuales las autoridades chinas se afanan por frenar. De hecho, la mayor debilidad del dólar jugaba a favor de la valoración de los activos mantenidos en otro tipo de divisas como el euro o el yen.
Asimismo, según los cálculos recogidos, dicho efecto habría ocasionado sólo un aumento de las mismas de 10,8 mm. $, frente a los 23,9 mm. $ de julio.
En lo que a las divisas se refiere, los inversores se quedaban con el mensaje del BCE de que la reciente volatilidad de la divisa podría obstaculizar los intentos de reducir su programa de estímulo, razón por la cual el euro que se apreciaba un +0,83%y escalaba frente al dólar hasta niveles de 1,20 EURUSD.
Por otro, las subidas en los parques europeos moderaban tras las palabras de Draghi y en el caso del Ibex -35 y el MIB llegaban a pérdidas, si bien no excesivas (-0,06% y -0,42%, respectivamente). Mientras, en EEUU el S&P500 cerraba en plano (2.465).
En cuanto a la deuda soberana, las compras imperaban en la UEM tras la reunión del BCE y la rueda de prensa de Draghi.De esta forma, la rentabilidad del bund a diez años caía hasta 0,307% (-4,1 p.b) y la del bono español lo hacía hasta 1,495% (-7,2 p.b).
La jornada del viernes amanecerá con las miradas puestas sobre Japón, pues durante la madrugada se publicaba el dato final del PIB nipón del 2tr17. Éste revelaba una revisión a la baja del crecimiento hasta 2,5% trim. a., pues la evolución de la inversión en capital fijo habría sido más débil de lo inicialmente previsto.
No obstante, el dato seguía siendo positivo (7,1% trim.) y apuntaba que la actividad japonesa favorecería las presiones inflacionistas; uno de los objetivos más perseguidos por las autoridades.
Antes de la apertura de los mercados, también conocíamos las cifras de la balanza comercial alemana, las cuales reflejaban una reducción del superávit comercialen julio hasta 19,5.
Dicha reducción se debía al mayor aumento de las importaciones (2,2% m) frente a las exportaciones (0,2% m), si bien ambas series se recuperaban de los pobres registros del mes anterior.
Sin embargo, los datos no serán lo más relevante de lo acontecido durante la madrugada. Concretamente, los inversores reaccionarán a las últimas palabras de la “mano derecha” de Janet Yellen, William Dudley.
Tras las últimas palabras de Lael Brainard y Neel Kashkari, destacaba el discurso del presidente de la Fed de Nueva York al reforzar las subidas de tipos al opinar que la inflación debería de repuntar, lo que no debe de entorpecer el camino de la Reserva Federal.
Además, las palabras de Dudley se veían apoyadas por la comparecencia de Esther George, quien no se desmarcaba de la senda de Dudley y en un discurso similar argumentaba que la economía estadounidense está preparada para un aumento gradual de los tipos.
De esta forma, en una jornada en la que no tendremos referencias macroeconómicas de gran calado(sólo sobresaldrán las cifras de producción industrial de países como España, Francia y Reino Unido), lo más interesante lo encontraremos en los treausiresy, sobre todo, en el cruce del euro contra el dólar.
Éste, que cotizaba el viernes en 1,20 EURUSD tras la reunión del BCE, se verá afectado por las últimas declaraciones de miembros de la Fed durante la madrugada, sin olvidar que la comparecencia de Patrick Harker será la que cierre la semana.
Asimismo, EEUU estará de actualidad en el ámbito político, especialmente, tras la última acción de la Administración Trump(considerada un guiño a los demócratas). Concretamente, el presidente de los EEUU aceptaba una petición del partido de la oposición para la extensión de tres meses en el techo de la deuda a cambio de aprobar un paquete de 7.850 mill. $ en ayudas para los afectados por la tormenta. El Senado debe ahora enmendar el pacto para que la suspensión en el techo de la deuda entre en vigor y evitar así el temido cierre de las actividades del Gobierno cuando concluya el ejercicio fiscal a final de mes.
Autores: Intermoney Análisis y Estudio
Francisco Vidal, Garbriel Marquès, Mariano Valderrama