Fórmulas de ahorro a elección del consumidor
Ahorrar ya no es (o no debería ser) lo que era. Ante una esperanza de vida en aumento, un mercado laboral que no termina de recuperarse y una pensión pública cada vez más delgada, la necesidad de reforzar el ahorro privado se ha visto agravada.
Debido a este run run de noticias, advertencias y mensajes de alerta, el ahorro ha pasado a ocupar un papel fundamental en el mundo de la inversión. El perfil del cliente ahorrador abarca un rango de edad más amplio, debido a que cada vez son más los jóvenes que reservan parte de su primer sueldo para hacer frente a gastos futuros.
Buscan procesos de ahorro flexibles a través de productos que aseguren una liquidez con la que abarcar desembolsos de corto y largo plazo. Esta demanda ha resultado en el desarrollo de productos con mayor adaptabilidad al perfil ahorrador, no solo en función de su aversión al riesgo, sino del horizonte temporal del que disponen en función de su edad.
El planteamiento ha cambiado y con él las fórmulas de ahorro se han reinventado. Los planes de pensiones han quedado obsoletos, así como la asimilación del ahorro a un solo instrumento. El uso de varios productos de diferentes categorías cada vez es mayor y la diversificación ha pasado a ocupar un papel central en la estrategia de aversión al riesgo, también cuando hablamos de ahorro.
Entre otros, el fondo de inversión es uno de los vehículos por el que optan cada vez más ahorradores, debido a que cuenta con las características enunciadas anteriormente: una liquidez envidiable, carteras diversificadas gestionadas por equipos profesionales, controles de seguridad exigentes y la fiscalidad más eficiente.
Dentro de la gama de fondos, un ejemplo ilustrativo de este nuevo modelo de ahorro podría ser imdifunds, el último lanzamiento de Intermoney Gestión. Cuenta con 4 compartimentos adaptados al perfil inversor y se compone de aquellos instrumentos que los gestores consideran más eficientes según el contexto y la estrategia de inversión.
Teniendo en cuenta las necesidades del ahorrador, la eficiencia, la seguridad, el control del riesgo y las bajas comisiones, son los cuatro pilares bajo los que se ha constituido este nuevo producto. Parece que podemos celebrar el fin de la rigidez en los procesos de ahorro y con él invitar a todos aquellos que aún no se hayan lanzado.
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