▪ En España, debido al gran efecto base donde los precios energéticos se dispararon en marzo de 2022, el IPCA descendía bruscamente hasta el 3,1% a. desde el 6,1% a. de febrero (3,3% a. la lectura del IPC sin armonizar frente al 6% a. de febrero). De hecho, el efecto escalón de la energía hace que el descenso en 3 p.p. de la lectura general interanual se produce mientras el IPC subyacente baja sólo una décima hasta el 7,5% a.
▪ Al igual que en el resto de países de la Eurozona, la lectura interanual presenta un gran ruido que nos lleva tener que focalizarnos en la comparativa entre febrero y marzo En el mes, los precios sí avanzaban en un 1,1% m. aunque por debajo del 1,6% m. esperado debido al avance en los precios de los alimentos y a pesar del efecto a la baja de la electricidad.
▪ El sostenimiento de algunos alimentos es uno de los principales contribuyentes, junto con la resistencia de los precios por el lado de servicios, al sostenimiento de un IPC subyacente que se mantiene en el 7,5% a.
▪ La misma tendencia se producía en Alemania, donde el efecto base de los precios energéticos influía en que los precios bajasen de un 9,3% a. a un 7,8% a. aunque a un ritmo más suave que el 7,5% a. esperado por el mercado. De hecho, el avance del IPCA mensual en 1,1% m. era tres décimas superior a lo esperado y muy por encima de la media histórica de marzo.
▪ En las nuevas proyecciones que el BCE publicaba en su boletín económico, se hacía énfasis en que el sector bancario es “resiliente y con una fuerte dotación de capital y liquidez. En estas nuevas proyecciones se prevé una inflación media del 5,3%en 2023, del 2,9% en 2024 y del 2,1% en 2025 con la revisión a la baja la senda de referencia de la inflación general. Sin embargo, distinto es el camino del IPC subyacente, que ahora se revisa al alza con una estimación del 4,6% en 2023 pero que caerá a 2,5% el año siguiente.
El efecto base en la inflación no debe engañarnos
En nuestro país, debido al gran efecto base donde los precios energéticos se dispararon en marzo de 2022, el IPCA descendía bruscamente hasta el 3,1% a. desde el 6,1% a. de febrero (3,3% a. la lectura del IPC sin armonizar frente al 6% a. de febrero). De hecho, el efecto escalón de la energía hace que el descenso en 3 p.p. de la lectura general interanual se produce mientras el IPC subyacente baja sólo una décima hasta el 7,5% a. Por lo que, al igual que en el resto de países, la lectura interanual presenta un gran ruido que nos lleva tener que focalizarnos en la comparativa entre febrero y marzo. En el mes, los precios sí avanzaban en un 1,1% m. aunque por debajo del 1,6% m. esperado debido al avance en los precios de los alimentos y a pesar del efecto a la baja de la electricidad.
En un mes en el que las temperaturas primaverales y el fuerte viento ha hecho decrecer la factura de la electricidad, a lo que se añadía el descenso en el precio de los hidrocarburos, sus efectos a la baja sobre el IPC mensual se han visto sobrepasado por el precio de alimentos. Las malas cosechas por las condiciones climatológicas en el sur de Europa y más en concreto en el norte de África se ha traducido en una menor oferta que ha derivado en una presión al alza en los precios de las verduras y hortalizas.
El sostenimiento de algunos alimentos es uno de los principales contribuyentes, junto con la resistencia de los precios por el lado de servicios, al sostenimiento de un IPC subyacente que se mantiene en el 7,5% a. En el caso de los alimentos, cabe recordar que, por un lado existen factores exógenos como las malas condiciones climatológicas que ha afectado a productos como la oliva (la partida de aceites y grasas era una de las que más se había acelerado) mientras que por otro lado, hay un retraso de nueve a doce meses antes de que los cambios en los precios las commodities agrícolas se traduzcan en cambios en los precios de los alimentos. Esto significaría que la inflación de los alimentos empezaría a perder impulso a partir del verano.
La misma tendencia se producía en Alemania, donde el efecto base de los precios energéticos influía en que los precios bajasen de un 9,3% a. a un 7,8% a. aunque a un ritmo más suave que el 7,5% a. esperado por el mercado. De hecho, el avance del IPCA mensual en 1,1% m. era tres décimas superior a lo esperado y muy por encima de la media histórica de marzo. Este avance en la lectura mensual también se produce por el aumento de precio en los servicios como paquetes vacacionales y, fundamentalmente del precio de los alimentos. Los datos regionales del IPC publicados el jueves sugieren que los costes energéticos de la vivienda se mantuvieron prácticamente estables en marzo y los precios de los hidrocarburos descendían modestamente.
Los datos del IPCA en Alemania y España tenían sus consecuencias en el mercado de la renta fija, acrecentándose las ventas ante unos inversores que quitando de los precios de la energía y las materias primas, veían pocos indicios de un proceso desinflacionista. El bono alemán a 2 años subía en 10 p.b. hasta el 2,73% mientras que el italiano lo hacía en 13 p.b. En España, el bono a 2 años se situaba en el 2,96% tras incrementar su yield en 10 p.b.
Desde el BCE, Schnabel hacía referencia al sector bancario de la zona euro, avisando de que no se ha producido una pérdida de depósitos a pesar de la reciente preocupación por la estabilidad financiera. Admite que aunque sí se ha observado un cierto cambio de los depósitos a un día a los depósitos a plazo fijo, no se ha visto, para ellos, una pérdida general en los depósitos. Por el momento, no se ha visto una salida de depósitos extraordinaria por las tensiones financieras debiendo de recordar que, antes de los problemas imperantes, ya había una disminución de los propios depósitos como algo natural en un momento de subidas de tipos.
En las nuevas proyecciones que el BCE publicaba en su boletín económico, se hacía énfasis en que el sector bancario es “resiliente y con una fuerte dotación de capital y liquidez. En estas nuevas proyecciones se prevé una inflación media del 5,3% en 2023, del 2,9% en 2024 y del 2,1% en 2025 con la revisión a la baja la senda de referencia de la inflación general. Sin embargo, distinto es el camino del IPC subyacente, que ahora se revisa al alza con una estimación del 4,6% en 2023 pero que caerá a 2,5% el año siguiente a medida que se desvanecen las presiones alcistas de las tensiones en las cadenas de suministro y la reapertura de la economía, y que una política monetaria más restrictiva suavice cada vez más la demanda.
En cambio, daba una imagen más positiva la actividad económica, que ya ha mostrado ser más resistente de lo que se podía esperar. Las previsiones de base para el crecimiento en 2023 se han revisado al alza, hasta una media del 1,0%, “como consecuencia tanto del descenso de los precios de la energía como de la mayor resistencia de la economía al difícil entorno internacional”.
En EEUU las referencias macro giraban en torno a las lecturas finales de la economía en el 4tr22. El PIB avanzaba un 2,6% trim. una décima menos que la cifra preliminar pero aun así confirmando la solidez de su economía. La revisión a la baja se producía en las exportaciones y levemente en un consumo privado que a pesar de eso se ha mantenido resistente, aunque desviando demanda de los bienes al lado de los servicios. Aunque su impacto fue neteado, también se hicieron revisiones al alza de la inversión fija no residencial y residencial y el gasto público estatal y local a medida que estos gobiernos seguían con una política fiscal expansiva.
Por sector, en el cuarto trimestre, llamaba la atención que las industrias manufactureras de bienes aumentaron un 4,0% trim. y las industrias privadas productoras de servicios un 2,3% trim. aunque las cifras ocultaban el decrecimiento de las manufacturas el trimestre anterior con el sector servicios arrojando buenas cifras. En cuanto a los precios, mientras el PCE general para el 4tr22 sí se mantuvo en el 3,7%, excluyendo las partidas volátiles se revisaba al alza en una décima hasta el 4,4%.
Mariano Valderrama, Rodrigo Floro , Gregorio Escalera analistas Macro Intermoney
Fuente CIR (CIMD Intermoney Research).
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