Los datos chinos volvían a demandar su cuota de protagonismo durante la madrugada del jueves. En esta ocasión, conocíamos indicadores de precios que, en algunos segmentos del mercado, se les asignaba una importancia excesiva ya que el impacto de la deriva arancelaria será realmente visible en el medio plazo. Por ejemplo, los aranceles sobre la soja han estado en el foco mediático y pueden haber ayudado a explicar la ligera aceleración de los precios alimentarios en China hasta 0,5% a., si bien la aceleración del IPC de julio en dos décimas hasta 2,1% a. se apoyaba, básicamente, en el repunte de los precios alimentarios desde 2,2% a. hasta 2,4% a. Por el contrario, los precios de producción del gigante asiático moderaban una décima hasta 4,6% a. ante el menor empuje de las manufacturas (desde 4,6% a. hasta 4,1% a.) reafirmando que, de momento, las presiones sobre los costes se mantendrían controladas pese la aplicación de los aranceles. Además, las noticias en la esfera emergente trascendían la realidad en China ante la destacada depreciación del rublo (apoyada en las sanciones de EEUU a Rusia) y la continuidad de la extrema debilidad de la lira turca. Ésta se depreciaba hasta 5,50 USDTRY pese a que el ministro de Finanzas de Turquía, Berat Albayrak, anticipara el anuncio de un “nuevo modelo económico” que permitiría abordar las preocupaciones de los inversores sobre el crecimiento desequilibrado y la dependencia excesiva de los fondos del exterior a corto plazo. El problema es que a los inversores extranjeros lo que les preocupa es la falta de independencia del banco central que juega en contra de una adecuada política monetaria. Los movimientos en las divisas emergentes contrastaban con la realidad de movimientos comedidos de las bolsas en los países desarrollados. El descenso del -0,72% del FTSE MIB italiano convivía con el repunte del +0,34% del Dax, el cual se veía beneficiado por el impulso de las acciones de Adidas. Éstas subían un 9,42% tras publicarse que el beneficio neto de la compañía en el 1sem18 aumentaba un 52,7% hasta 936 mill. € en comparación con el mismo periodo de 2017. De vuelta a las tan traídas tensiones comerciales, el indicador adelantado en este campo elaborado por la OMC arrojaba cifras de 100,3 para el 3tr18 frente a los valores de 101,8 del 2tr18 y los 102,3 del 1tr18. De forma que denotaba “una disminución del crecimiento del comercio en los próximos meses en línea con la tendencia a medio plazo”. De la misma forma, el Boletín Económico del BCE alertaba de los efectos negativos derivados de las mayores tensiones comerciales. En este sentido, el documento señalaba que “los riesgos a la baja para la economía mundial se han intensificado, en un entorno de adopción de medidas y de amenazas de aumentos de los aranceles por parte de EEUU, así como de posibles represalias de los países afectados”. En un escenario sin muchos cambios, las compras dominaban en los bonos estadounidenses y alemanes, lo cual se hacía palpable en los recortes de rentabilidad de los títulos a diez años (-2,3 p.b. en ambos casos hasta 0,375% y 2,9367%, respectivamente). Por su parte, el euro se debilitaba contra el dólar hasta 1,1567 EURUSD, en un día en el que conocíamos que los precios de producción en EEUU aceleraban hasta 2,8% a. en julio excluyendo alimentos, energía y servicios comerciales. Las divisas emergentes seguirán siendo lo más interesante en una jornada en la que el avance de la producción industrial francesa no será decisivo, mientras que en Italia cualquier rumor o noticia sobre los próximos presupuestos será muy tenido en cuenta. De momento, la inquietud no desparece y ésta ha explicado que entre mayo y junio los japoneses redujeran sus posiciones en la deuda soberana de Italia en algo más de 2.000 mill. € o que, en el mes pasado, la cámara de compensación de LCH aumentase los márgenes en las operaciones Repo con deuda transalpina. En Europa, la atención también estará depositada en la pequeña avalancha de datos en el Reino Unido. Entre éstos, se encontrará la primera estimación del PIB del 2tr18 que revelará su aceleración hasta 0,4% trim., confirmando que el inicio del año se vio complicado por el mal tiempo. De hecho, un sector muy afectado por la climatología como la construcción, reafirmará el mismo viernes su recuperación en el pasado trimestre al estabilizarse en junio después de crecer un 2,9% m. en mayo. Así, el patito feo británico serán las modestas cifras industriales (si tomamos perspectiva) que seguirán afrontando un escenario desafiante en los próximos meses, pues como bien indicaba el gobernador del BoE: la posibilidad de no asistir a un acuerdo respecto al “Brexit” es incómodamente alta. Por último, la gran estrella en EEUU será el avance del 3,0% a. de la inflación en julio. Un dato muy influenciado por las alzas de la energía, pero también por el avance de los precios de los servicios excluidas actividades energéticas (3,1% a. en junio) que darán forma a la estabilidad del IPC subyacente en 2,3% a. De forma que los datos continúan apoyando la estrategia de la Fed, mientras que la situación para el BoJ seguirá siendo más desafiante. A primera hora del viernes, conoceremos que la recuperación del PIB nipón durante el 2tr18 no dejará de dibujar un escenario de actividad modesta en relación con el esfuerzo realizado para relanzar la economía. Intermoney Análisis y Estudios. Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.