Semana interesante
En los próximos días asistiremos a una agenda intensa desde la perspectiva macroeconómica, aunque durante el fin de semana la política era la protagonista.
En Argentina, las elecciones presidenciales confirmaban la derrota de Macri y el retorno de los peronistas al poder en plena negociaciones con el FMI, mientras que el escenario recesivo continúa atenazando la economía. En el 2tr19, el PIB argentino mostraba un endémico crecimiento de 0,6% a. y la inflación alcanzaba el 53,50% a. De momento, el peso sigue en mínimos históricos situándose en 59,9907 USDARS. En paralelo, el ambiente político también se enrarecía en Reino Unido a cuenta del brexit, aunque esta cuestión la trataremos más adelante.
De vuelta a la agenda macroeconómica, los días fuertes en Europa serán el miércoles y el jueves ya que coexistirá la publicación de los primeros PIB del 3tr19, las cifras preliminar de IPCAs de octubre e indicadores adelantados. Respecto a los PIB, en España conoceremos que el crecimiento volvió a moderar en el pasado trimestre y lo hizo hasta situarse en 0,3% trim. y 1,9% a. A diferencia del 2tr19, en esta ocasión, el consumo de los hogares no será el gran culpable del freno ya que crecerá de forma modesta y esto supondrá mejorar el estancamiento del 2tr19, como así sería apuntado por el comedido avance del índice de actividad del sector servicios y, el miércoles, por las ventas minoristas de septiembre que esperamos arrojen un avance del 0,9% trim. y 3,4% a. Por el contrario, el consumo público lo hará peor que en los trimestres precedentes y la inversión presentará debilidades en línea con la pervivencia de la incertidumbre. No obstante, el gran lastre será la demanda externa después del extraordinario comportamiento de las exportaciones en el 2tr19.
España no será el único país europeo que divulgue sus cifras de PIB, pues tanto en Francia como en Italia éstas serán referencias muy a tener en cuenta. En nuestro país vecino, la ralentización (0,2% trim.) será debida al mejorable comportamiento de la inversión y al deterioro de la demanda externa como consecuencia del freno de las exportaciones. Por el contrario, se mostrará más resistente el gasto de los hogares en línea con las cifras de matriculaciones. En cuanto a Italia, el escenario cuasi de estancamiento económico se extenderá al 3tr19 en un contexto en el cual la demanda externa y la interna afrontan sus propios desafíos. De forma que el raquítico avance del 0,2% de la tasa interanual deberá, incluso, tomarse como una buena noticia.
Esta semana asistiremos a la confirmación de unas cifras modestas de contabilidad nacional en 3 de las 4 mayores economías de la UEM, si bien éstas se antojarán positivas respecto al esperado retroceso del PIB de Alemania. Un hecho casi confirmado por el Bundesbank y que no esperamos vaya más allá de una caída del -0,1% trim., aunque esta circunstancia será clave para explicar que esta semana la primera estimación del PIB del 3tr19 del conjunto de la Eurozona sólo informe de un repunte del 0,1% trim.
§ Desgraciadamente, lo preocupante desde la perspectiva europea es que los problemas no quedarán atrás en el 3tr19 ya que las debilidades persistirán en el corto plazo, como así es apuntado por los indicadores adelantados. El viernes, los IFOs alemanes informaban de una actitud todavía más negativa hacia el momento actual, si bien esto era compensado por la mejora del índice de expectativas hasta 91,5 en octubre (vs. 90,9 en septiembre). A la postre, el índice agregado de situación empresarial del instituto IFO se mantenía en 94,6, siendo la buena noticia que su estabilización resultaría acorde con el freno del deterioro de la economía alemana en la parte final del año y esto supone un escaso consuelo. Un hecho que, en principio, sería también apoyado por los subíndices del sector manufacturero y de comercio al situarse en -5,5 y -3,3 puntos, respectivamente, frente a los registros previos de -6,4 y -3,7 puntos, al tiempo que las respuestas del empresariado del sector servicios se mostraban más resistentes al registrar mínimos cambios. En conjunto, la composición de los IFOs apoyaba la tesis de la estabilización de Alemania durante el 4tr19 dentro de la debilidad, si bien debemos reconocer que estamos ante un primer indicio que todavía debe ser respaldado con más datos.
De momento, el próximo miércoles, esperamos que los indicadores de confianza de la Comisión Europea para el conjunto de la Eurozona deparen peores noticias. La semana pasada, ya conocimos un decepcionante dato de confianza de los consumidores que cedió hasta -7,6 en octubre y ésta conoceremos la reafirmación de los malos datos de confianza industrial (-8,7 puntos) y el pequeño paso atrás de los servicios (9,3 puntos). De hecho, la mejor noticia que pueden ofrecer estos indicadores de confianza es que su tendencia a la baja no tome fuerza.
De vuelta a los indicadores de confianza de Alemania, el viernes también se publicaba el deterioro de la relativa a los consumidores que, según el instituto Gfk, cedía hasta 9,6. Un dato que venía a recoger la inquietud generada por el freno de la economía alemana, si bien a corto plazo los fundamentales del consumo germano todavía respaldarían cierta inercia positiva. De hecho, el importante avance de la renta disponible de los hogares alemanes en los últimos años resulta clave para explicar que las ventas minoristas del país crezcan a un ritmo interanual próximo al 3%, como conoceremos el próximo jueves. Otra cuestión diferente serán los motivos de su repunte del 0,3% m. en septiembre, pues éste se verá facilitado por la revisión a la baja de las cifras de agosto.
La agenda macro alemana también contará con datos del mercado laboral que serán muy tenidos en cuenta por los inversores, después del inesperado descenso del número de parados en 10.000 personas en septiembre. En octubre, desgraciadamente, la cantidad de desempleados volverá a repuntar en Alemania, aunque de forma bastante comedida y evidenciará que los mecanismos de flexibilidad laboral ponen coto al aumento del paro, a pesar de las dificultades en la industria. No obstante, en nuestra opinión, más importantes resultan las cifras de empleo y éstas arrojarán tibios avances que serán explicados por las mencionadas dificultades en la industria y, también, la realidad de una economía en pleno empleo en la que, desde hace tiempo, resulta costoso encontrar trabajadores especializados.
Las cifras de inflación de octubre completarán la publicación de indicadores en Alemania. La caída de los precios de la energía será clave para explicar la moderación del IPCA germano hasta 0,8% a., aunque esta circunstancia no será patrimonio únicamente de Alemania y estará detrás de las cifras modestas en otros países europeos. Por ejemplo, tanto en España como Italia el IPCA se situará en 0,2% a., contrastando con el 1,1% a. de Francia donde la resistencia de los precios de los servicios será clave. Sin embargo, el mercado estará atento al dato del conjunto de la UEM y la moderación de su IPC hasta 0,8% a.
Los datos de inflación en la zona euro respaldarán a quienes apoyaron los nuevos estímulos del BCE el pasado mes de septiembre, justo el mismo día que acaba el mandato de Draghi. Las diferencias dentro del Consejo de nuestro banco central han alcanzado una virulencia inusual y, de hecho, Lagardè ya ha reconocido en la publicación alemana Der Spiegel que su primera gran labor será la búsqueda un nuevo consenso: “Ahora deberíamos concentrarnos en cómo podemos encontrar un terreno común nuevamente en el futuro” y “Siempre estoy buscando el terreno común y unir las diferentes opiniones”.
En la anterior línea, Lagardè confirmaba que se propone realizar una revisión de la política llevada a cabo por el BCE tan pronto como tome posesión del cargo, si bien estas declaraciones tienen más una carga política que implicaciones reales. Lo cierto es que cualquier paso atrás del BCE o ajuste de su paquete de medidas en el corto plazo y sin que se den novedades positivas respecto a las principales fuentes de incertidumbre existentes (brexit y comercio internacional), sería mal entendido por el mercado ya que generaría una sensación de poca fiabilidad del BCE y jugaría en contra de su mayor activo: la credibilidad.
En la anterior línea se expresaba Francois Villeroy, uno de los críticos del BCE en cuanto a la reactivación de las compras de activos, si bien es cierto que hacía mención a la política de tipos: “Este contexto de incertidumbre prolongada requiere una política monetaria acomodaticia. No tendría sentido aumentar las tasas ahora”. De momento, la entrada de noviembre marcará el inicio de la recuperación de las compras de activos a un ritmo de 20 mm. € al mes por parte del BCE y, también, los nuevos límites de las reservas bancarias para ser eximida del coste del -0,5% una proporción de hasta 8 veces su mínimo legal.
En medio del debate en el seno del BCE, el brexit seguirá en el punto de mira después de acordarse el aplazamiento de la salida del Reino Unido de la UE que estaba prevista para el 31 de octubre. La UE reconocía que la prórroga es inevitable, pero no daba detalles sobre su duración debido a las discrepancias entre los socios comunitarios. Francia insiste en diferenciar entre una prórroga de carácter técnico y otra de carácter político más larga, la cual estaría justificada por la potencial convocatoria de elecciones generales. No obstante, la posibilidad de que asistamos a una cita electoral en el mes de diciembre en Reino Unido se antoja complicada ya que difícilmente Johnson contará con el apoyo de dos tercios del Parlamento para lograr la convocatoria electoral.
Mientras la incertidumbre derivada del brexit no se despeja, Standard & Poor’s mantiene su perspectiva negativa para la calificación crediticia de Reino Unido y recordaba que, en caso de no tomar forma su escenario central de salida con acuerdo, rebajaría el rating británico hasta AA. Por el contrario, Standard & Poor’s daba mejores noticias a Grecia ya que mejoraba su nota en un escalón desde B+ hasta BB- remarcando que han podido retirarse los controles de capitales sin ningún efecto adverso, al tiempo que retroceden los riesgos presupuestarios. Además, S&P´s señalaba que, en los próximos 3 años, Grecia crecerá por encima del promedio de la Eurozona y abría la puerta a una nueva mejora de su nota en los próximos 12 meses, si el país mantiene la senda de sostenibilidad de las cuentas públicas y realiza las reformas estructurales necesarias para reforzar su crecimiento potencial.
Una situación muy distinta se da en EEUU, pues sus cuentas públicas terminaban el ejercicio fiscal de 2019 registrando el mayor déficit en 7 años ya que los mayores ingresos impositivos fueron más que compensados por el incremento del gasto y los pagos del servicio de la deuda. Por primera vez desde principios de los años ochenta, EEUU registra cuatro años consecutivos de déficits al alza. En concreto, el déficit del pasado ejercicio fiscal ascendió a 984 mm. $ que equivalen al 4,6% del PIB cuando en el ejercicio previo se situó en 779 mm. $ y el 3,8% del PIB.
Sin embargo, desde la perspectiva estadounidense, los inversores están más preocupados de las cuestiones comerciales que de la situación de las cuentas públicas. El viernes, empezábamos el día con declaraciones algo contradictorias por parte de Trump ya que apuntaba que las negociaciones con China van bien, pero también que las autoridades de este país quieren llegar a un “acuerdo muy malo”. Empero, a la postre, el hecho de que EEUU y China estuvieran “próximos a finalizar” algunos aspectos del acuerdo comercial pesaba más, aunque estuviéramos ante un avance que no implica un acuerdo general y, en otras ocasiones, hayamos asistido a noticias similares que no se han plasmado en nada definitivo.
Las noticias comerciales ayudaban a que el S&P500 se moviese en zona de máximos, aunque los resultados empresariales resultan tan importantes como dichas noticias. Por ejemplo, el viernes también eran claves las cifras de Intel para explicar el mejor desempeño de la renta variable estadounidense, las cuales batían las estimaciones de ingresos y beneficios y, además, se veían acompañadas de la mejora de las perspectivas para el conjunto de 2019. Así que esta semana deberemos permanecer atentos a las cifras empresariales en ambos lados del Atlántico: Bankia, Unicaja, Phillips, HSBC, Alphabet y AT&T (lunes); Ence, Grifols, Euskaltel, Oragne, Pirelli, Stora Enso, BP, Conoco Pphillips, General Motors, MasterCard, Mondelez, Merck & Co y Pfizer (martes); Bankinter, Ferrovial, Iberdrola, Banco Santander, Mediaset, Miquel y Costas, Total, EDP, Bayer, Deutsche Bank, Volkswagen, Glaxo Smith Kline, Standard Charter, Credit Suisse, Airbus, Apple, Facebook y General Electric (miércoles); BBVA, BME, Caixabank, CIE, Ebro, IAG, Mapfre, Repsol, Prosegur, BNP, ING, Air France, Fiat, Swiss Re, Lloyd`s, Royal Dutch, Zalando, Amundi, Bristol-Myers y Celgene (jueves); Novo Nordisk, AIG, Colgate, Chevron y Exxon Mobil (viernes).
En cuanto a EEUU, los inversores no sólo estarán atentos a los resultados empresariales o a los datos macroeconómicos, también a la reunión de la Reserva Federal del miércoles. Las incertidumbres globales y la pérdida de empuje de la economía estadounidense serán utilizadas para dar cobertura al recorte de los tipos de interés en 25 p.b hasta 1,50-1,75%, si bien los grandes motivos serán otros: la Fed no actuará en contra de lo descontado por el mercado y le incomoda la fortaleza que hemos observado en el dólar.
El mercado da casi por hecho un recorte de tipos este miércoles y, aunque la situación económica de EEUU no demandaría ir más allá de los ajustes preventivos vividos, en la Fed no se arriesgarán a ir en contra de la percepción de los inversores ya que alimentaría la volatilidad en los mercados en un momento delicado como es la parte final del año. Por otro lado, un dólar fuerte juega en contra de la actividad en EEUU, pero también de las metas de inflación en un contexto en el que tampoco se querrá asistir a nuevas críticas presidenciales. De forma que estaremos ante dos motivos que pesarán más que las propias cifras económicas.
No obstante, durante la rueda de prensa, Powell hará el discurso políticamente correcto y apuntará a los riesgos, la moderación económica y una inflación que no acaba de satisfacerles totalmente. Sin embargo, no puede ni debe hacer otro discurso, siendo más interesante lo que pueda apuntar sobre los problemas que está teniendo la Reserva Federal para que la liquidez fluya correctamente en EEUU. En este punto, seguramente, Powell diga poco y los aspectos relevantes acaben siendo recogidos por las actas del encuentro.
La Fed, como señalábamos, se apoyará en algunos indicadores del pasado y que conoceremos esta semana para justificar su decisión. El principal de estos datos será la primera estimación del PIB de EEUU del 3tr19 que arrojará su moderación hasta 1,6% trim. a. al verse afectado por el freno del consumo privado, que será reafirmado por el gasto personal de septiembre, y el deterioro de la inversión en maquinaria adelantado por los embarques de bienes de capital. Por el contrario, el viento a favor llegará de la mano de la inversión residencial y la demanda externa.
Las nóminas no agrícolas de octubre, aparentemente, también respaldarían el movimiento de la Fed al ceder su incremento hasta 80.000. Sin embargo, este dato se verá afectado por una cuestión extraordinaria como es el impacto de la huelga en General Motors, ya desconvocada, pero que hará que el número contabilizado de trabajadores en huelga (y recogidos como no ocupados) pase de 1.700 en septiembre a 47.700 en octubre. Todo ello sin tener en cuenta los efectos colaterales entre el empleo de los proveedores del grupo estadounidense. A diferencia de las anteriores cifras, el avance de los salarios a un ritmo próximo al 3% a. o las tasas del PCE subyacente del 1,7% a. no serán tan tenidas en cuenta, dado que confirman un escenario mejor de lo que se quiere percibir en materia de inflación.
En nuestra opinión, las nóminas o el PIB serán mucho menos relevantes que algunos de los indicadores adelantados que conoceremos en EEUU. Entre estos se encontrará el ISM manufacturero cuyo inesperado deterioro hasta 47,8 en septiembre alimentó los temores hacia la economía estadounidense, aunque seguramente gran parte de su retroceso se debió a los efectos colaterales de la huelga en General Motors que paralizó la actividad en muchos de sus proveedores. De hecho, esperamos cierto rebote de este indicador hasta 49,5 en octubre. El otro gran indicador adelantado de la semana americana será la confianza del consumidor que se recuperará del paso atrás de septiembre, aunque sólo parcialmente.
Finalmente, en Asia, no habrá que perder de vista la reunión del BoJ y la posibilidad de que aplique una política monetaria todavía más laxa. La reciente subida del IVA hasta el 10% en Japón ha llevado a debatir en el seno del banco central nipón la conveniencia de aplicar nuevos estímulos, aunque cabe plantearse si una mayor laxitud por parte del BoJ solucionará algo y la respuesta es que no. En paralelo, los protagonistas en China serán los PMIs con los índices manufactureros arrojando un peor desempeño que sus homólogos de servicios, recordando que la industria está en el centro del freno de la economía del gigante asiático.
Intermoney Análisis y Estudios.
Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.