Poco dato y mucha referencia institucional
El “Brexit” volverá a marcar el desempeño de la actual semana, dado que se aproximan nuevas fechas clave. En primer lugar, el día 10 de abril tendrá lugar un Consejo Europeo de “emergencia” en el que deberán examinarse las potenciales opciones existentes, justo 48 horas antes de que llegue a su fin la actual prórroga. El viernes, May volvió a solicitar más tiempo a sus todavía socios de la UE y abría la puerta a que su país celebre en mayo elecciones europeas, de acuerdo con lo recogido en la carta que remitió al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, con el fin de alargar la permanencia del Reino Unido en la UE hasta el 30 de junio.
La primera Ministra británica sigue intentando explotar el posible encaje legal de la permanencia del Reino Unido en la UE hasta la constitución del nuevo Parlamento Europeo, si bien esta posibilidad choca con dos cuestiones. En primer lugar, genera algunas dudas en Bruselas y, en segundo, si Reino Unido no ratificase el acuerdo de salida antes del 30 de junio, no habría margen de maniobra y el “Brexit” sería inmediato.
La anterior realidad hacía que May, en la carta dirigida a Tusk, reconociese la posibilidad de que se celebren las elecciones europeas a finales de mayo: “El Reino Unido acepta el punto de vista del Consejo Europeo respecto a que si Reino Unido todavía es un estado miembro de la UE el día 23 de mayo de 2019, atesora la obligación legal de celebrar elecciones”. En esta línea, también se apuntaba que el gobierno británico está emprendiendo los preparativos legales para dicha cita, “incluyendo la elaboración de la orden para establecer la fecha de la votación”.
La cesión de May respecto a las elecciones resulta clave y, desgraciadamente, facilita el camino para “dar una nueva patada a la lata”. En principio, el objetivo de la primera Ministra sería doble ya que buscaría conseguir una nueva prórroga de la UE y, también, el respaldo a su acuerdo de salida en la Cámara de los Comunes antes del 23 de mayo con el fin de no llegar a celebrar las elecciones europeas. Sin embargo, la especulada propuesta de Tusk apuntando una prórroga “flexible” de hasta 12 meses, seguramente, exija que May convoque las elecciones europeas el próximo 12 de abril (fecha que coincide con el fin de la prórroga) y que Reino Unido se comprometa al conocido “pacto de caballeros”, según el cual no debería obstruir el funcionamiento de la UE mientras dure su permanencia prorrogada.
“El pacto de caballeros” resulta vital para ciertos socios comunitarios con el fin de evitar que se bloqueen cuestiones clave que la UE afrontará en los próximos meses, tales como la renovación de todos sus altos cargos, la fijación de las líneas maestras del presupuesto 2021-2027 y la reorientación de posiciones geoestratégicas tan sensibles como la relación con China o el impulso a una política común de defensa. No obstante, debe reconocerse que los cambios en la toma de decisiones han hecho que, en la UE, el grueso de las mismas se tome por mayoría cualificada, existiendo derecho a veto en un reducido número de ámbitos.
Las anteriores preocupaciones no evitarán que la prórroga sea el escenario más probable, pues Alemania con una debilitada industria presionará para que no “saltemos desde el acantilado” el próximo viernes y May, seguramente, no conseguirá un acuerdo con los laboristas en tan corto plazo de tiempo y tampoco obtendrán mayoría suficiente las alternativas que plantee en la Cámara de los Comunes.
La vía negociada con los laboristas parece ser la única que considera factible May pero, como apuntábamos anteriormente, puede tardar en dar sus frutos. De momento, la formación de Corbyn asegura que May no acepta los cambios que han propuesto para desbloquear la situación; cuestión que podría cambiar ya que la prensa británica especula con que May está trabajando en una propuesta sobre el futuro de las relaciones con la UE, especialmente comerciales, que contente a los laboristas. Además, la mencionada propuesta también se blindaría ante potenciales cambios al frente del gobierno británico. Así, el problema radica en que una cuestión tan compleja, seguramente, no desemboque en un acuerdo antes del próximo viernes.
Desgraciadamente, caminamos hacia el escenario más negativo que resulta acorde con el enquistamiento de la actual situación, siendo mucho mejor la opción de asistir a un “Brexit” sin acuerdo pero con un periodo de transición razonable. Esta posibilidad, tanto desde el punto de vista de los mercados como de la economía real, permitiría asignar un precio a la situación bajo un escenario de menor incertidumbre y, a partir de ese punto, empezar a construir.
Junto al “Brexit”, las citas con el BCE y la Fed serán otra de las grandes claves de la semana. En esta ocasión, nuestro banco central se reunirá en miércoles y lo hará en un contexto en el que la potencial salida abrupta del Reino Unido de la UE obligará a Draghi a recordar que el BCE tiene herramientas para garantizar la estabilidad financiera. En este sentido, incidirá en que las entidades pueden captar toda la liquidez que necesiten a tipo fijo mediante las operaciones principales de financiación a semana (MRO), pero también recalcará que los swaps de divisas con otros bancos centrales garantizan a la banca de la UEM el acceso a las principales monedas.
La preparación frente a un “Brexit” duro apartará, brevemente, la atención de las dos cuestiones bajo la lupa del mercado: los detalles de los TLTRO III y los mecanismos para mitigar los efectos de los tipos negativos sobre la banca. En ambos casos, debemos tener en cuenta una cuestión que no será menor y es que el tiempo transcurrido desde el último encuentro del BCE ha sido inferior a lo habitual, jugando en contra de los trabajos preparatorios de los equipos técnicos de la entidad.
No obstante, en cuanto a los TLTRO III, debería echarse algo de luz sobre cuestiones importantes como cuál es la definición de préstamo computable a 28 de febrero de 2019, pues la financiación máxima que podrá conseguirse mediante la nueva edición de los TLTRO equivaldrá al 30% de los mismos. En nuestra opinión, se calcará la definición de la segunda edición, es decir, se tendrán en cuenta aquéllos vinculados con empresas no financieras y destinados a hogares para fines distintos a la adquisición de vivienda.
La segunda gran cuestión a despejar de los TLTRO III será el tipo aplicable a los mismos, después de haberse lanzado “globos sonda” apuntando la posibilidad de que su suelo podría ser acorde con el tipo aplicado a las operaciones MRO. En la actualidad, esto implicaría que pasaríamos de un mínimo del -0,4% a otro del 0%; opción que nos choca, pero que debemos reconocer que encaja con el giro del BCE respecto a los tipos negativos. No obstante, antes de despejar este punto, Draghi quizás prefiera dejar entrever lo asumible de los objetivos de concesión de crédito para la banca, si desea acceder a los tipos primados de los TLTRO.
De momento, en Frankfurt todavía tienen tiempo para afinar el diseño final de los TLTRO III, pues la primera operación no se llevará a cabo hasta el próximo mes de septiembre y esto hace que la comunicación de los detalles definitivos pueda retrasarse hasta el encuentro de junio del BCE. En paralelo, Draghi afrontará las preguntas sobre los mecanismos que nuestro banco central puede articular para aliviar la carga de los tipos negativos sobre la banca de la UEM.
El pasado 29 de marzo, los recursos inmovilizados en la facilidad de depósito del BCE sumaban 599 mm. € y los depósitos en cuentas corrientes (incluidas las reservas mínimas) otros 1.349 mm. €. Unas cifras que dan buena cuenta del exceso de liquidez atesorado por la banca de la Eurozona y del lastre que le supone debido al actual escenario de tipos en el área, el cual seguramente se prolongue durante mucho tiempo.
En este contexto, el presidente del BCE tendrá que responder a preguntas sobre el sistema japonés que define tres categorías distintas para los recursos depositados en el BoJ y cuyos tipos aplicados son -0,1%, 0% y 0,1%, pero también las relativas al sistema aplicado en Suiza. En el país helvético, su banco central establece un tipo de -0,75% para los recursos depositados en la entidad, mientras sitúa entre -1,25% y -0,25% el rango objetivo para el tipo Libor 3 meses. Sin embargo, no esperamos que Draghi entre a valorar en profundidad las opciones existentes y, seguramente, apuntará que los equipos técnicos del BCE están preparando distintas propuestas para que sean debatidas por el Consejo de la entidad.
En EEUU, desde la perspectiva de la política monetaria, las protagonistas serán las actas del encuentro de marzo de la Fed en las que esperamos encontrar aclaraciones respecto a cuál será el nivel de llegada de su balance. Los planes ofrecidos por la institución para poner fin a la reducción de su balance, desde el punto de vista de la reinversión de activos, son acordes con un nivel de llegada de 3,8 billones $ en septiembre, si bien Powell señaló cifras algo superiores a 3,5 billones $ para finales de 2019. El problema es que identificaba la segunda cifra con un porcentaje equivalente al 17% del PIB estadounidense y, de acuerdo con las propias estimaciones de la Fed, dicho porcentaje sería equivalente a una cifra algo superior a 3,6 billones $.
Junto a la anterior cuestión, tampoco habrá que pasar por alto los potenciales análisis que se hagan de la inversión de la curva en EEUU. En las últimas semanas, distintos miembros de la Reserva Federal han apuntado que la inversión observada de la curva Tesoro no debía ser tomada como un sinónimo de recesión en el corto plazo. Un posicionamiento que, de acuerdo con distintos estudios, se apoya en el nuevo mundo inundado por la liquidez de los grandes bancos centrales y que ha comprimido artificialmente los rendimientos de la deuda a largo plazo. Una situación que no se daba hace algo más de una década.
Más allá de lo expuesto, la Reserva Federal tratará de seguir armando un discurso que respalde su importante paso atrás. El viernes en EEUU, el freno del avance del salario por hora trabajada hasta 3,2% a. durante el mes de marzo suponía un importante respiro para la institución, si bien el debate sobre las remuneraciones no salariales sigue abierto y se daban otras cifras no tan favorables para la institución desde el punto de vista de su discurso de infrautilización de los recursos laborales.
Las negociaciones comerciales entre EEUU y China también seguirán muy presentes y, en este punto, los mensajes de ambas partes señalando progresos han alimentado el buen ánimo de los inversores a este respecto. Los contactos parecen avanzar por el buen camino, aunque Trump se viese obligado a matizar su optimismo y el discurso oficial de la Casa Blanca apunta “progresos”, pero también “importante trabajo por hacer”.
Intermoney Análisis y Estudios.
Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.
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