En la recta final de 2018 volvían a hacer acto de presencia los temores de los inversores y continuaba el adverso comportamiento de los mercados de los últimos meses. Los temores a la posibilidad de un cambio en el ciclo económico, con el aplanamiento de la pendiente americana como referencia empírica, volvían a hacer mella en el ánimo de los inversores. El mensaje de la FED, más acomodaticio y dependiente de los datos de lo esperado, lejos de proporcionar el alivio lógico a los mercados, fue malinterpretado en términos de una creciente preocupación de la institución hacia el crecimiento de la economía en EEUU. Lo cierto, es que el discurso de la FED está relacionado con el tipo de interés neutral y con la fijación de unos tipos de interés adecuados en el largo plazo, algo habitual en una fase avanzada de la normalización de su política monetaria. El deterioro de las relaciones comerciales entre China y EEUU, con el añadido de la detención de una ejecutiva de Huawei en Canadá, y las dificultades del gobierno de May a la hora de conseguir los apoyos internos que le permitieran sacar adelante su propuesta con respecto al Brexit acabaron por agotar las fuerzas de los inversores, que optaron decididamente por el lado vendedor. En relación a la renta fija, si bien la deuda gobierno actuaba de activo refugio y se beneficiaba de las expectativas de un menor crecimiento e inflación por parte de los inversores; la renta fija corporativa acaba el mes con caídas, siendo especialmente castigada la categoría de peor calidad crediticia, High Yield. Así mismo, el precio del petróleo se contagiaba de la incertidumbre en relación al crecimiento global y del impacto en la economía China de la guerra comercial; en un momento de desaceleración dirigida de su PIB, consecuencia del rebalanceo estructural hacia una economía más equilibrada, con un mayor peso en los servicios. Alguna de las consecuencias directas de unos precios del petróleo por debajo de 60$ son un impacto directo en las cuentas de resultados de las compañías del sector energético, con un peso significativo en el S&P y, especialmente, en el High Yield americano. El infortunado comportamiento de los mercados en 2018, en especial el de la renta variable europea, es fruto de una colusión adversa de factores, en su mayor parte exógenos, que han conformado una “tormenta perfecta”. Creemos que los mercados han sobrerreaccionado, como hacen habitualmente, y que los niveles de precios actuales sólo se justifican si hay un cambio de ciclo económico, que es algo que no vemos y que no se puede inferir de los datos macroeconómicos. A continuación, os dejamos las fichas del mes de Diciembre de los 4 compartimentos de imdi funds FI:
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