El miércoles, el PIB de EEUU del segundo trimestre 2018 ratificó el buen momento de la economía del país, dado que su segunda estimación arrojaba una revisión residual al alza hasta situar su avance en 4,2% trim. a. Una mejora posible gracias al mejor tono de la aportación de la demanda externa y la inversión en capital fijo que compensaba el ligero ajuste a la baja del crecimiento del consumo privado. El crecimiento de la inversión en capital fijo era revisado al alza hasta 6,2% trim. a., lo que se traducía en una aportación de 1,07 p.p al crecimiento. Un dato que era fruto del buen momento de la formación bruta de capital en el ámbito no residencial (+8,5% trim. a.), en especial, en infraestructuras y propiedad intelectual, dado que la residencial cedía un -1,6% trim. a. y consolidaba su senda a la baja en 2018. La actualización del PIB estadounidense nos dejaba también un crecimiento algo menor del consumo privado respecto a lo estimado inicialmente, revisándose su avance dos décimas a la baja hasta 3,8% trim. a. lo que suponía una aportación de +2,55 p.p. De forma que el consumo de los hogares sigue siendo el motor de la actividad en EEUU, aunque en el pasado trimestre se veía acompañado por el desempeño positivo de la demanda externa. Ésta sumaba 1,17 p.p al PIB con las exportaciones aumentando un +9,1% trim. a., mientras que las importaciones caían un -0,4% trim. a. al acusar el descenso de las compras de petróleo al exterior. El tono positivo de la actividad en EEUU durante el segundo trimestre 2018, aunque no suponía ninguna sorpresa, hacía fuerza común con las favorables noticias en el ámbito comercial. Canadá se reincorporaba a las negociaciones para actualizar el acuerdo NAFTA y lo hacía a la sombra de un discurso en clave positiva, pues elogiaba las cesiones de Méjico en materia automovilística y de derechos laborales. De vuelta a los datos estadounidenses, las preventas de viviendas en julio caían de manera inesperada un -0,7% m. frente al aumento del +0,3% m. previsto por el consenso de Bloomberg o nuestra estimación acorde con un estancamiento. Un mal dato que llevaba a su tasa interanual hasta -2,3%, una vez eran ajustadas las cifras por el número de días laborables. De manera detallada, las ventas disminuían en el sur (-1,7% m.) y oeste (-0,9% m.) de EEUU, viéndose afectadas por la escasez de oferta que, además, apuntala los precios residenciales. Más allá de la esfera estadounidense, en Europa también teníamos segundas estimaciones del PIB de la mano de Francia. Los datos en nuestro país vecino no daban grandes sorpresas, pues su crecimiento en el 2tr18 ascendía a 0,2% trim. y 1,7% a. Así, lo más reseñable era la confirmación de los decepcionantes datos de consumo privado que arrojaban un retroceso del -0,1% trim. (+0,7% a.) sin que se atisben mejoras en el corto plazo. En julio, el consumo de manufacturas de los franceses creció un tímido 0,1% m. y reveló puntos débiles en forma de caída del gasto destinado a los bienes duraderos (-0,3% m.), si bien éstos registraron un sólido comportamiento en el mes previo. Para acabar con los datos, según el instituto GFK, la confianza de los consumidores alemanes disminuyó una décima en septiembre (10,5 puntos), acusando una lectura menos favorable de los ingresos personales y el ajuste a la baja de los planes de gasto. Las expectativas de ingresos de los alemanes se situaban en 52,6 puntos (57,5 ant.), al tiempo que los planes de compra caían hasta 55,2 desde 56,2. Por el contrario, las expectativas hacia la actividad nacional eran más positivas. En este contexto, el Eurostoxx50 se anotaba un +0,25% que contrastaba con las caídas del -0,39% del Ibex-35 como consecuencia del retroceso del 5,66% de Inditex, alimentado por las perspectivas negativas de Morgan Stanley. En la deuda, mientras las ventas llevaban al bono alemán a 10 años a situarse en 0,404%; en Italia las compras reducían el rendimiento de su homólogo en -6,1 p.b (3,125%). Finalmente, en cuanto al petróleo, su precio se hacía eco de la mayor caída de los inventarios estadounidenses de crudo y gasolina (-2,56 y -1,5 millones de barriles durante la semana pasada, respectivamente); de manera que el Brent cotizaba en 76,70 $/barril y el WTI en 69,30 $/barril. Los datos que conoceremos en ambos lados del Atlántico cobrarán relevancia y restarán algo de protagonismo a las cuestiones comerciales y el comportamiento de las divisas emergentes, a pesar de no aportar información revolucionaria. En la Eurozona, asistiremos a las cifras de confianza elaboradas por la Comisión Europea que, en términos agregados, esperamos arrojen pocos cambios, si bien se darán movimientos algo más acusados en el caso de los consumidores y la industria. Las alzas de precios se combinan con el ruido político en ciertos países y unos datos de actividad algo peores de lo esperado en la UEM, impactando negativamente en la confianza de los consumidores y la industria. No obstante, en lo referente a la segunda, las cifras de confianza en Alemania elaboradas por el instituto IFO recuerdan que no deben descartarse datos que superen nuestras estimaciones, dado que cuestiones como el paso atrás del euro frente al dólar en agosto (aunque ya haya revertido) y el respiro dado por el petróleo durante gran parte del verano (aunque también esté revirtiendo), pueden ser recibidos positivamente por los industriales. De forma que no todo debe achacarse a las noticias sobre el comercio, a pesar de que el tono positivo de las últimas ayude. Algunas de las cuestiones apuntadas en el párrafo anterior también tendrán impacto en los datos preliminares de IPCA de agosto que conoceremos en Alemania y España. El comportamiento en “V” del euro frente al dólar y la recuperación del crudo en la parte final del mes jugarán a favor de la estabilidad del indicador alemán en 2,1% a. y del español en 2,3% a., si bien la gran clave estará en el comportamiento de los precios de los servicios. Junto a los anteriores indicadores tendremos cifras del mercado laboral germano, las cuales seguirán dibujando un escenario acorde con el pleno empleo y la escasez de mano de obra cualificada. En EEUU, se publicarán pocos datos pero importantes, pues conoceremos el avance del 0,2% m. del gasto personal real en agosto, dando continuidad a los positivos datos de consumo privado del segundo trimestre 2018 cuando creció un 3,8% trim. a. Los robustos niveles de la confianza de los estadounidenses, apuntalados en un escenario caracterizado por el desempeño saludable de la actividad y el pleno empleo, respaldan la continuidad del avance del gasto privado. Una situación que no supondrá ninguna sorpresa y desviará la atención hacia la ligera aceleración del deflactor subyacente del consumo personal (PCE central) hasta 2,0% a. El escenario actual es acorde con cuellos de botella en algunos sectores y una mayor capacidad para fijar precios por parte de las empresas, lo cual juega a favor de una recuperación duradera de la inflación en EEUU. En este contexto, el viento seguirá soplando a favor de las ventas de treasuries y de la buena salud del S&P500, mientras que las noticias emanadas de la esfera comercial pueden seguir siendo esperanzadoras. Los canadienses se incorporado a la renegociación del NAFTA con una actitud positiva, después de que Méjico cediese ante EEUU en cuestiones como los derechos laborales y el comercio de automóviles. Así, aunque pendiente de confirmación oficial, los mejicanos habrían aceptado que las exportaciones de vehículos a EEUU más allá de 2,4 millones de unidades anuales sean gravadas con un arancel del 25%. Luego, Trump ya tendría cesiones clave de Méjico para “venderlas” internamente mientras que de Canadá, seguramente, le baste con alguna referente al comercio de acero y aluminio, además de mayores facilidades para perseguir las prácticas de dumping y ciertos gestos en ámbitos sensibles para su electorado como el agrícola. Una situación que explicaría el optimismo de las autoridades estadounidenses hacia un acuerdo rápido con Canadá, dado que poco más pueden pedir a un país con el que registran superávit de la balanza de bienes y servicios desde 2015 y que, en el primer trimestre 2018, ascendió a 4.154 mill. $. En suma, el acuerdo a tres bandas en un plazo corto de tiempo parece posible, descartando la posibilidad de que se opte por ratificar únicamente un acuerdo con Méjico ya que no contaría ni con el apoyo del Congreso ni del Senado. Mientras tanto, deberemos continuar muy atentos al comportamiento de las divisas emergentes, sumando un viejo conocido a la lista como es el peso argentino. El miércoles, cedía casi un 8% hasta 33,96 unidades por dólar y ahondaba en su espiral de fuerte deterioro al sumergirse en nuevos mínimos históricos. La petición de Argentina al FMI para “adelantar todos los fondos necesarios con el fin de garantizar el cumplimiento del programa financiero del año próximo”, ha causado el efecto contrario al buscado ya que alimentaba la inquietud de los inversores foráneos. En principio, Argentina y el FMI acordaron un crédito de casi 50 mm. $ en modalidad stand by, de los cuales 15 mm. $ se desembolsaron el pasado junio. Posteriormente, se recibirían 2,9 mm. $ al trimestre desde septiembre de este año hasta junio de 2021, sumando un total de 49,8 mm. $. Ahora, de acuerdo con fuentes oficiosas, se estaría planteando adelantar a 2019 los desembolsos por valor de 17,4 mm. $ programados para 2020 y 2021. Los problemas resurgen en Argentina y no cesan en Turquía, donde la lira cede hasta 6,46 frente al dólar y cálculos como los de JP Morgan alimentan la intranquilidad. Hasta julio de 2019, el país otomano deberá hacer frente a vencimientos derivados de su deuda externa por valor de 179 mm. $ de los cuales 146 mm. $ se corresponden con el sector privado y, en particular, la banca. Intermoney Análisis y Estudios. Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.