El encuentro del Banco de Japón (BoJ) llegaba a la sombra de la tercera intervención de la institución en una semana para frenar la rentabilidad del 10 años nipón, el cual tocaba ayer máximos de 0,113%. La entidad lanzó una orden ilimitada de compra de deuda japonesa a 10 años referenciada a un rendimiento del 0,1%, si bien en esta ocasión la orden ilimitada de compra también alcanzó al 5 años nipón. El compromiso del banco central japonés, acorde con el mantenimiento del rendimiento del 10 años próximo al 0%, había sido puesto en entredicho durante los últimos días, pero también en los momentos previos a otros encuentros. Por ejemplo, el pasado mayo, en algunos foros se apuntó la posibilidad de flexibilizar el objetivo de rendimiento del 10 años para situarlo en el rango 0-0,25%. Finalmente, la reunión del BoJ se saldaba con el mantenimiento del 0% como target para el 10 años, aunque se introducía cierta flexibilidad: “los rendimientos pueden moverse al alza y a la baja en cierta medida (…) en función de la evolución de la actividad económica y los precios”. Asimismo, la entidad monetaria indicaba que “revisaría el montante de compras de cada ETF y aumentaría el de los ETFs vinculados al Topix”; un cambio respecto a los vinculados al índice Nikkei 225 con un precio más volátil. La autoridad monetaria nipona ofrecía una actualización de sus previsiones que era acorde con un crecimiento del 1,5% para el año fiscal de 2018 (1,6% ant.) y una senda de inflación que implicaba una recuperación más lenta de los precios. De hecho, el BoJ apuntaba que el IPC nipón cerraría el presente ejercicio fiscal en 1,1% (1,3% ant.) y alcanzaría el 2% después de 2020. El mantenimiento de la generosidad del BoJ convivía con unos débiles datos de la economía nipona (-2,1% m. en la producción industrial de junio) y unos peores PMIs oficiales en China, lo cual provocará que la jornada arranque con cierta cautela. Sin embargo, éstas no serán las únicas cuestiones a tener en cuenta en el inicio de la sesión ya que las ventas minoristas germanas aumentaban un 1,2% m. en junio (0,9% trim.) y diluían uno de los fantasmas que atenazaban a la economía europea como eran las sombras sobre el consumo alemán. De hecho, a pesar de la recuperación de junio de las ventas, lo cierto es que el desempeño del consumo germano está siendo insatisfactorio si tenemos en cuenta cuestiones como el gran momento del mercado laboral en Alemania. Una cuestión que será puesta en evidencia, en poco más de una hora, por los bajos niveles de la tasa de desempleo germana y, sobre todo, por la continuidad del avance del empleo en la locomotora europea. La mejoría del mercado laboral es extrapolable al conjunto de la UEM como lo ratificará la tasa de desempleo del conjunto del área, si bien desde la perspectiva de los mercados cobrarán mayor importancia los datos de inflación y PIB a lo largo del área. Respecto a los primeros, las cifras de 2,4% a. en Francia o 1,5% a. en Italia ensombrecerán respecto a la estabilidad del IPC del conjunto de la Eurozona en el 2,0% a. en julio, pues el ajuste de los precios de los alimentos compensará las alzas de la energía y la recuperación de los servicios. De forma que la estabilidad esconderá una estructura más sólida de la inflación, aunque seguramente los inversores se queden con la mencionada estabilidad. Junto a las cifras de IPC de la UEM, conoceremos la estimación preliminar del PIB del 2tr18 del área que esperamos arroje un desempeño algo mejor y escale hasta 0,5% trim. Una previsión que apoyamos en nuestras expectativas de un buen desempeño de la actividad en Alemania que se sumará a las positivas cifras de España, las cuales conoceremos a las nueve de la mañana. Éstas arrojarán un dinámico crecimiento que se verá apoyado por el buen momento del consumo y la inversión en construcción, superando holgadamente el avance del 0,3% trim. del PIB de Italia que también conoceremos hoy. En conjunto, las cifras en Europa se verán caracterizadas por un sesgo positivo al igual que ocurrirá en EEUU, prefiriendo resaltar los indicadores adelantados frente a un gasto personal de junio que no sorprenderá. El pasado viernes, las cifras de PIB revelaron un avance del 4,0% trim. a. del consumo privado que será reafirmado hoy. Así, resulta más interesante el futuro y lo cierto es que la confianza del consumidor del Conference Board seguirá instalada en niveles no vistos desde principios de este siglo. El buen momento del mercado laboral, que repercute en la senda al alza de los ingresos personales (que también conoceremos hoy), seguirá garantizando la inercia positiva del consumo. Luego, buenas perspectivas a futuro que se extenderán a la industria del distrito de Chicago cuyo índice manufacturero superará la cota de 60, pues la solidez de la economía americana puede hacer fuerza junto con la percepción favorable de las medidas proteccionistas por parte de las empresas con una exposición más local. Como podemos apreciar, los datos tendrán un sesgo positivo en EEUU, aunque las bolsas permanecerán más atentas a los resultados que a los indicadores macro. Una cuestión que pasará de puntillas para los treasuries, en cuyo caso se quedarán con la estabilidad del PCE central en el 2,0% a., lo cual redundará en cambios comedidos del T-Note a 10 años. Todo ello, siempre y cuando, la política no nos dé grandes sustos, aunque Trump parece estar virando el acento desde el comercio a la inmigración de cara a las elecciones de mitad de mandato; circunstancia menos sensible para los mercados aunque ésta se haya visto acompañada de un guiño en clave de dura negociación presupuestaria (demanda dotación para “el muro”) que choca con la fecha límite del 30 de septiembre. Intermoney Análisis y Estudios. Autores: Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama.
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