Las empresas vinculadas con la tecnología y el sector financiero eran claves para explicar los avances del 0,62% del S&P500 en una jornada en la que los inversores estadounidenses parecían tomarse un respiro en cuanto a las cuestiones comerciales. Una situación que contrastaba con las caídas generalizadas en las bolsas europeas entre las que destacaba el recorte del -1,39% del Dax, evidenciando la mayor exposición de las empresas germanas a la incertidumbre comercial. La renta variable europea cerraba a la baja en una jornada marcada desde el inicio por la continuidad de las pérdidas en las plazas chinas, al tiempo que algunas divisas emergentes como el yuan (véase la sesión del viernes) y la rupia india reclamaban cierta atención, situándose la segunda en 68,56 unidades por dólar. Unos valores acordes con las peores cifras cosechadas desde 2013 y que se daban después de la visita a Nueva Delhi por parte de negociadores estadounidenses de alto nivel. Las fricciones comerciales volvían a ser la excusa en las divisas emergentes, si bien resulta más importante tener presente la delicada situación de las monedas de países como la India, Brasil o Turquía. De hecho, a pesar del respiro en casos como el turco, seguimos en niveles alarmantes. Sin embargo, no sólo las divisas emergentes sufren contra el dólar y la libra cede hasta 0,7623 USDGBP, niveles no vistos desde el pasado noviembre. La posibilidad de no asistir a un acuerdo respecto al “Brexit” pesa y hace que la moneda británica deba seguirse de cerca. Mientras tanto, en la deuda soberana asistíamos a una jornada en la que los bonos alemanes cerraban con mínimos cambios como apuntaba el rendimiento del 0,319% del 10 años germano. En este caso, el dato preliminar de inflación de junio en Alemania no tenía mucha repercusión al alinearse su tibia moderación hasta 2,1% a. con lo esperado por el consenso de Bloomberg. La inflación germana, bajo la óptica de los estándares nacionales, moderaba como consecuencia del ajuste temporal de los servicios (+1,5% a.), aunque la aceleración de los precios de la energía (+6,4% a.) y el dinamismo de los alimentos (+3,4% a.) contrarrestaban el grueso del freno de los mencionados servicios. En nuestro país, el avance del IPCA en dos décimas hasta 2,3% a. en junio se apoyaba en los precios energéticos. Una situación similar explicaba el repunte del IPCA en Italia hasta 1,5% a., aunque en este caso también había que señalar a los alimentos. No obstante, de la actualidad transalpina nos quedábamos con el resultado de las subastas de deuda del jueves, las cuales evidenciaban cómo se ajustaron los objetivos de emisión en los momentos de tensión para lograr mejores ratios de cobertura. Ayer, se adjudicaban 2.500 mill. € a 10 años y no 1.821 mill. € como ocurrió el pasado 30 de mayo, cediendo el ratio de cobertura desde 1,48 veces de la última operación hasta 1,26 veces. Una situación similar se daba en la subasta del 5 años italiano cuyo ratio de cobertura pasaba de 1,53 veces a 1,34 veces. Sin embargo, la atención ya no se centra en Italia y las compras generalizadas de deuda soberana transalpina lo corroboraban, además de los menores rendimientos exigidos en las subastas. Junto a la inflación, cabía destacar los datos de confianza para la UEM elaborados por la Comisión Europea. En junio, éstos se caracterizaban por una resistencia que cobraba importancia ya que se producía en un contexto caracterizado por la ligera revisión al alza de las cifras de mayo en el caso de los servicios y la industria, si bien cabía centrarse en el segundo punto. En el caso de los industriales, no se producían las caídas esperadas y, además, esta circunstancia se daba gracias a las optimistas expectativas hacia la producción futura que se veían reflejadas en el empleo, permitiendo restar algo de importancia al tono menos favorable de las órdenes. Por lo tanto, estábamos ante un dato positivo al ser acorde con avances moderados de la actividad industrial en la UEM. Antes de abandonar Europa, merecía la pena comentar el dato peor de lo esperado de las ventas minoristas en nuestro país que arrojaba descensos de -0,1% m. y -0,3% a. en mayo (ajustados de estacionalidad y deflactados). Unos datos que llevaban a plantearse si la meteorología menos favorable de la pasada primavera ha afectado al patrón de consumo y a los desplazamientos de fin de semana.No obstante, cabía destacar un punto positivo de las ventas como era la solidez de las relativas al equipamiento del hogar (+1,5% m. y +4,3% a.), apuntando que la demanda embalsada en este campo podría estar viéndose sustituida por el efecto de la mayor venta de inmuebles que lleva aparejada el equipamiento de los mismos. Respecto a EEUU, la estimación final del PIB del 1tr18 arrojaba una ligera revisión a la baja del crecimiento desde 2,2% trim. a. hasta 2,0%. Un hecho que era debido al avance todavía más modesto del consumo privado (+0,9% trim. a.) que explicaba casi la mitad de la mencionada revisión a la baja, quedando la otra mitad en manos de la demanda externa y los inventarios. La primera pasaba de aportar 0,08 p.p a restar -0,04 p.p. y los segundos de sumar +0,13 p.p a drenar tímidamente (-0,01 p.p). De forma que la importante revisión al alza de la inversión en capital fijo hasta +7,6% trim. a. (vs. +6,5% ant.) se veía más que neutralizada por los factores expuestos. Poco más nos deparaba la jornada excepto una serie de pinceladas en clave de bancos centrales. En Inglaterra, el vicegobernador del BoE, no daba pistas al ser preguntado sobre si la entidad aumentará los tipos pronto; mientras que en Brasil su autoridad monetaria recortaba drásticamente sus expectativas de crecimiento para 2018 estimando ahora un 1,6% frente al 2,6% anterior. En cuanto al petróleo, el precio del barril aumentaba después que desde el Ministerio de Petróleo de India se pidiese a las refinerías que se preparen para una reducción drástica de las importaciones de crudo iraní a partir de noviembre. En consecuencia el Brent cotizaba en 77,84$/barril y el WTI en 73,23 $/barril. Los emergentes pueden ser uno de los “puntos calientes” de este verano y no sólo desde la perspectiva de Turquía o Brasil, también de China cuyas bolsas describen una clara senda a la baja desde el día 12 de este mes y, en conjunto, respecto a los máximos de enero. Las tensiones comerciales han penalizado a los activos chinos, pero perviven otras causas subyacentes que también lo han hecho y no debemos descuidar. El peso de la banca en la sombra sigue siendo elevado, aunque los bancos se hayan visto obligados a reconocer muchos activos fuera de balance como consecuencia de una estrategia gubernamental que también buscaba frenar el avance del endeudamiento en China. Dos cuestiones que pueden volver rápidamente a los titulares y potenciar la caída del CSI300 que alcanza el -8,33% desde mediados de junio, al tiempo que puede alimentar la senda a la baja del yuan que ya se sitúa en 6,6129 frente al dólar (valores no vistos desde septiembre de 2017). Sin embargo, en cuanto a la divisa, surge el debate respecto en qué medida el yuan se ve afectado por la salida de capitales o por una estrategia tendente a lograr una depreciación de la divisa que compense el efecto de los nuevos aranceles de EEUU, aunque sea parcialmente. El hecho de encontrarnos ante una divisa tutelada da cabida a la segunda posibilidad, si bien la mencionada estrategia tendría un importante coste en forma de menor atractivo de los activos chinos para los inversores extranjeros y alimentaría la salida de capitales. No obstante, de evolucionar hacia escenarios de riesgo, también resurgirán las inquietudes ligadas a la deuda de China debido a su importante aumento hasta convertirse en el mayor riesgo latente del país. Por ejemplo, la última actualización semestral de los principales documentos del FMI hacía hincapié en que la deuda global había aumentado hasta el 225% del PIB en 2016 y el principal motor de estas cifras había sido China, pues sus deuda explicaba el 43% del avance a escala global entre 2007 y 2016 al haber pasado de 5 billones $ a 26 billones $. Las cifras de 2016 esgrimidas por el FMI supondrían una deuda cercana al 235% del PIB chino en aquel momento. Sin embargo, estas cifras ya parecen formar parte del pasado y si acudimos a datos más recientes, como los proporcionados por el Banco de Pagos Internacionales (BIS) al cierre de 2017, la deuda del sector no financiero de China ascendía al 255,7% del PIB después de haber cedido ligeramente frente a los máximos del año del 256,9%. Unas cifras que arrojan importantes diferencias entre sí (FMI vs. BIS) debido a las discrepancias a la hora de agregar los datos y que explican la disparidad de las cifras, si bien de lo que no cabe duda es del gran aumento de la deuda china que ha convertido a la misma en una importante fuente de riesgo. A cambio, el punto a favor de China es que posee una deuda externa y en moneda fuerte bastante limitada. No obstante, ya se empieza a poner en entredicho el papel de la financiación proporcionada por el inversor extranjero y canalizada mediante deuda doméstica emitida en renminbi que había tomado importancia durante el último año. El aumento de los impagos corporativos y la depreciación de la divisa no juegan a favor del apetitito de los inversores extranjeros por la deuda doméstica china que, además, fue alimentado por la posibilidad de que pasase a formar parte de los índices globales de renta fija. La mencionada inclusión, según algunos cálculos, podría obligar a los inversores que siguen ciertos índices globales a adquirir deuda doméstica china por valor de 245 mm. $. Los índices confecciones por Bloomberg y Barclays ya apuntan la inclusión de algunas categorías de deuda china desde abril de 2019. De momento y de acuerdo con los datos del PBoCh, los bonos cotizados en los mercados domésticos en manos de los extranjeros aumentaron en un 60% hasta marzo, situándose en 214 mm. $. En lo que se refiere al día de hoy, la confirmación del déficit de -28,2 mm. $ de la cuenta corriente de China en el 1tr18 no ayudará a mejorar el ánimo de los inversores, en el caso de depositarse las miradas en el gigante asiático. La anterior cifra se trataría de algo excepcional y, de hecho, habría que remontarse al 2tr01 para asistir a otra cifra negativa (entonces fueron -896 mill. $). En paralelo a China, este fin de semana tendremos un nuevo foco de atención en Méjico donde las encuestas apuntan que López Obrador cuenta con una holgada mayoría para hacerse con la presidencia del país. Además, se vaticina un vuelco en el Parlamento y el Senado ya que los partidos encabezados por López Obrador se harían con buena parte de los 128 senadores y 500 diputados que también serán renovados en las elecciones del domingo. La política también ocupará un hueco importante en el Viejo Continente debido a un Consejo Europeo que empezaba ayer y acabará hoy; cita en la que las claves han virado desde el “Brexit” y la unión bancaria hacia la gestión de los migrantes. En esta ocasión, las decisiones migratorias en el seno de la U.E pueden tener largas ramificaciones ya que, a mediados de octubre, se celebrarán elecciones en Baviera y los aliados de Merkel han planteado un programa duro respecto a la inmigración. La CSU lucha por mantener su liderazgo en la región que es el motor económico germano y, de darse acuerdos que no satisfagan sus intereses electorales, puede poner en entredicho la gobernabilidad de Alemania. Ni los acuerdos sobre la banca o los gestos sobre el “Brexit” serán los aspectos importantes de un Consejo en el que las conclusiones sobre la inmigración condicionarán la actualidad política en distintos países de la U.E. En el caso germano, el escenario de riesgo se correspondería con una situación en la que los pasos dados no gusten a la CSU y rompa con la CDU, lo cual originaría importantes tensiones en los mercados europeos al desplazar el foco de la inestabilidad política a Alemania. De forma que los datos macroeconómicos que, días atrás, esperábamos que ocupasen un papel central en la agenda de la jornada pueden pasar a un segundo plano, a pesar de haberse conocido a primera hora el esperado retroceso de las ventas minoristas alemanas (-2,1% m. en mayo) o reafirmarse la solidez del mercado laboral germano. No obstante, algo más de interés recabará la estabilidad del IPC de la UEM en 1,9% a. durante el mes de junio, a la sombra de las alzas de la energía. En EEUU, conoceremos los datos más importantes de la semana, si bien su desempeño positivo en línea con lo esperado hará que su impacto sea limitado. El ingreso personal pondrá en valor el sólido avance del empleo y el repunte de los salarios al arrojar un incremento del 0,4% m. en mayo. Por su parte, el gasto personal será el punto fuerte al repuntar un 0,5% m. en línea con el buen desempeño de las ventas minoristas en mayo, reduciéndose su avance hasta 0,3% m. en términos reales. Una diferencia a la baja que emanará del incremento del deflactor del consumo personal cuya medida subyacente (PCE central) escalará ligeramente hasta 1,9% a. Luego, el escenario se alineará con lo esperado por la Fed y el consumo confirmará que lo observado en el 1tr18 fue un freno temporal, apuntando su papel clave en la aceleración del PIB estadounidense durante el presente trimestre. No obstante, en el corto plazo, las directrices de los mercados se apartarán de los datos, siempre que éstos no den sorpresas importantes. Autores: Intermoney Análisis y Estudio Francisco Vidal, Garbriel Marquès, Mariano Valderrama