La esfera política jugaba un papel destacado en la sesión de ayer, siendo Donald Trump uno de los principales protagonistas. El polémico presidente norteamericano volvía a endurecer su posición en cuestiones comerciales y, en esta ocasión, ponía en marcha una investigación sobre la importación de vehículos con la intención de aplicar un arancel de hasta el 25%, si se determina que es perjudicial para la economía estadounidense, según informaba Wall Street Journal. Junto al resurgimiento de la beligerancia comercial, el presidente de EEUU anunciaba la cancelación de la cumbre con el líder norcoreano Kim Jong-un prevista para el 12 de junio en Singapur, una decisión que también se dejaba sentir en los mercados. El S&P500 se dejaba un -0,20% (2.727), mientras que en Europa el Eurostoxx50 cedía un -0,57% (3.521) y el Dax-30 un -0,94% (12.855), en un día en el que las pérdidas eran las protagonistas entre las automovilísticas. Volkswagen se dejaba un -2,54% y BMW un -1,69%; aunque más importantes eran los descensos en Deutsche Bank. El banco anunciaba la reestructuración de sus negocios de banca corporativa y de inversión causando la inquietud entre los inversores. Por su parte, durante la sesión europea el T-Note a 10 años intentaba recuperar la cota del 3%, si bien a medida que volvían a la actividad los inversores estadounidenses empezaban a dominar las compras y acababa el día en 2,98%. Mientras tanto, el dólar se resentía ligeramente contra el euro (1,1707 EURUSD), al tiempo que el comportamiento de la lira turca recordaba los importantes desafíos para esta moneda. Los efectos de la subida de tipos del banco central turco se diluían y la lira cedía un -4,44% (4,779 USDTRY). La política monetaria también tenía un hueco en la jornada de ayer pues las actas del BCE tomaban el testigo de las de la Fed. En ellas, el organismo señalaba que el crecimiento de la zona euro podría desacelerar aún más en un escenario en el que la incertidumbre va en aumento, sin que se pueda descartar un debilitamiento más pronunciado de la demanda debido, especialmente, a factores externos. No obstante, la entidad señalaba que la fortaleza subyacente de la expansión económica se mantiene prácticamente intacta y los riesgos para el crecimiento siguen siendo equilibrados. Por otro lado, el BCE publicaba el Informe de Estabilidad Financiera, en el que señalaba que las condiciones financieras en la Eurozona continúan siendo favorables, a pesar de la asunción de mayores riesgos en los mercados financieros. El documento señalaba que el riesgo sistémico en el área euro ha permanecido bajo en los últimos seis meses, ayudado por las mejores perspectivas de crecimiento tanto dentro como fuera de la Eurozona. En cualquier caso, el BCE alertaba respecto a que el deterioro del entorno de crecimiento o el empeoramiento de la posición fiscal de los países altamente endeudadospodrían enturbiar el escenario en la zona euro. En cuanto a los indicadores macro, destacaba el fuerte rebote de las ventas minoristas británicas que en abril aumentaba un +1,3% m. Las ventas dejaban atrás los problemas ocasionados por la climatología adversa como bien se podía apreciar en los fuertes incrementos del textil (+1,6% m.) y los bienes del hogar (+2,5% m.), adelantando una mayor contribución del consumo al crecimiento del 2tr18. Las referencias europeas eran completadas con la confianza de los industriales franceses, la cual se estabilizaba en niveles de 109 puntos en mayo. Respecto a EEUU, las ventas de viviendas de segunda mano caían un 2,5% m. en abril al verse afectadas por los problemas de estrechez de inventarios, cuyo incremento mensual debe achacarse a cuestiones estacionales, y los mayores tipos hipotecarios. El retroceso de las ventas de viviendas usadas se producía después de dos meses consecutivos de aumentos, acusando el fuerte retroceso en el noreste del país (-4,4% m). Finalmente, en lo que al petróleo se refiere, la noticia de que los ministros de energía de Rusia y Arabia Saudita discutirán una flexibilización del límite de producción acordado entre la OPEP y Moscú, llevaban a que el Brent y el WTI cerrasen en 78,61 y 70,61$/barril. Las cuestiones políticas competirán en importancia con los escasos, pero importantes, indicadores que conoceremos durante la jornada. En clave europea, las miradas seguirán puestas en Italia durante una jornada en la que algunos ministros comunitarios pueden aprovechar el Ecofin para lanzar mensajes de inquietud hacia las propuestas que emanan desde el país transalpino. Este hecho no sería nuevo, dado que el ministro de Finanzas galo ya ha demostrado su preocupación hacia los planes apuntados para la política fiscal italiana, como también han hecho algunos de sus homólogos europeos. Ayer, el ministro de Finanzas de Eslovaquia advertía de la “misión suicida” italiana, sustentada en el aumento del gasto y los recortes de impuestos, que puede poner en entredicho el futuro del proyecto común del euro. En una línea similar se expresaba su colega finés, insistiendo en la idea del proyecto conjunto que supone la UEM. Así, detrás de estos mensajes no deja de estar el efecto arrastre que podría tener cualquier “accidente” en la tercera economía del euro ante su endeble situación fiscal. Al finalizar 2017, la deuda pública italiana alcanzaba el 131,8% PIB (2.263 mm. €) y, como hemos insistido en ocasiones anteriores, su sostenibilidad pende del hilo del superávit primario del 1,5% del PIB. Las propuestas tendentes a rebajar los impuestos, aumentar el gasto y atacar las reformas fiscales impulsadas desde Bruselas, no hacen más que recordar lo débil del hilo expuesto. De momento, desde instituciones financieras como Goldman Sachs vaticinan fuertes descensos del euro en caso de contagio hacia la periferia, si bien este escenario lo consideran como de riesgo al interpretar todavía las fricciones transalpinas en clave nacional. De hecho, consideran poco probable que el rendimiento de los bonos italianos aumente hasta niveles que tengan consecuencias sistémicas en la zona euro, situando el diferencial razonable del 10 años italiano respecto al alemán en niveles de 120 p.b frente a los 192,7 p.b actuales. Un diferencial que estaría explicado entre 40 y 50 p.b por la prima política. Desde Natixis, en clave italiana, también articulaban un discurso de sesgo positivo pero sin dejar de lado la cautela ante la volatilidad del mercado. Así, apuntaban que ya se habría puesto en precio gran parte de los potenciales riesgos y consideraban que podría acabar por implementarse una versión reducida de las propuestas fiscales anunciadas. En conjunto, estamos antes dos posiciones interesantes en un escenario donde lo cierto es que ni Italia ni sus socios tienen interés por llegar a una situación de fractura. A los italianos no les interesa generar una situación de desconfianza que hunda su economía y a sus socios que se esgriman los 686.000 mill. € deuda pública italiana atesorada por no residentes y la posición deudora transalpina de 443.000 mill. € vía Target 2 frente a sus socios del euro. En este entorno, la propuesta comunitaria para crear un instrumento llamado titulización de bonos soberanos de la zona euro (SBBS por su acrónimo inglés) que podría llegar a considerarse el germen de los eurobonos, afrontará unos inicios difíciles. Los SBBS buscan que una entidad privada empaquete deuda soberana de los miembros de la UEM en base a su peso en el capital del BCE para, posteriormente, colocar el producto en mercado. No obstante, debe tenerse claro que en ningún caso se mutualizarían los riesgos y, por lo tanto, conceptualmente no pasaría de un mero germen para los eurobonos. En paralelo a Italia, no habrá que dejar de lado la actualidad política en EEUU, pues su apuesta por una estrategia negociadora que alterna la dureza con momentos de acercamiento no deja de inyectar ruido en ámbitos muy diversos. A la postre, seguramente, no acaben por alcanzarse puntos de ruptura, pero el paso atrás en las relaciones con Corea del Norte y, sobre todo, el re-tensionamiento de las negociaciones comerciales seguirán enturbiando el sentir de los mercados. Ahora, Trump apunta nuevos aranceles a los automóviles, a la par que señala la necesidad de replantear el acuerdo con China. Sin embargo, las autoridades del gigante asiático mantienen su posición constructiva y adelantan recortes de aranceles para numerosos productos de consumo (desde alimentos hasta cosméticos) a partir del próximo 1 de julio. Entretanto, también desde EEUU se pretende reforzar las sanciones a Rusia, si bien los principales titulares provenientes de este país estarán más vinculados al crudo. El próximo 22 de junio en Viena se reunirán los responsables de la OPEP y los acercamientos entre rusos y saudíes para “aflojar” el ajuste de la producción toman forma. Luego, los movimientos al alza del petróleo seguirán en entredicho. Los anteriores puntos competirán con los IFO alemanes que, a priori, cuentan con el viento a favor de cuestiones como el enfriamiento del euro que ha llevado al consenso de mercado a esperar una estabilidad en mayo sobre la que pesan los riesgos a la baja, como apuntaron esta semana los PMIs germanos. Además, debemos tener en cuenta que los servicios ya tienen algo que decir en las cifras de difusión de los índices IFO. Mientras tanto, en Reino Unido confirmaremos el freno del crecimiento de su PIB hasta 0,1% trim. en el 1tr18 y, en EEUU, las órdenes de bienes duraderos sufrirán los altibajos de los pedidos de aeronaves. No obstante, lo importante será que los pedidos de bienes duraderos excluidos equipo de transporte acelerarán hasta 0,5% m. y convivirán con un dato final de la confianza de Michigan de mayo con pocos cambios (98,9). Autores: Intermoney Análisis y Estudio Francisco Vidal, Garbriel Marquès, Mariano Valderrama
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