¿Qué beneficios e inconvenientes tiene invertir a través de un fondo versus acciones directas? (comodidad, expertise del gestor, fiscalidad comparada…) Podemos identificar dos casuísticas diferenciadas en el caso e inversión directa a través de acciones; 1) inversores que realizan ellos mismos la selección de valores y la gestión de la cartera y 2) inversores con una cartera de acciones asesorada o gestionada por un tercero. El primer caso sólo podría tener sentido en el caso de inversores con unos conocimiento profundos y la capacidad y recursos para realizar un seguimiento continuado de las posiciones de la cartera y de los mercados financieros. Únicamente en ese caso, y siempre que no seamos muy activos con la operativa de la cartera, podríamos tener la ventaja del ahorro de costes relacionados con la comisión de gestión o de asesoramiento. En el segundo caso, carteras de acciones asesoradas o gestionadas por un tercero, puede tener sentido si la gestión o asesoramiento aporta un valor diferencial. Un problema de partida de las carteras de acciones en relación con los fondos es que el tamaño de la cartera importa, y mucho. Los costes operativos y de mantenimiento están normalmente vinculados a los importes y habitualmente cuentan con mínimos. Por ello el volumen de operaciones es especialmente crítico en carteras con importes bajos. Esta limitación no solo tiene un impacto a través de unos costes transaccionales proporcionalmente más dolorosos para carteras con importes bajos sino que además incentiva carteras mucho más concentradas de lo deseable. Los fondos de inversión permiten al inversor disfrutar de las ventajas asociadas a una gestión profesional con unos costes transaccionales (asumidos por el fondo) más favorables vinculados al patrimonio total del fondo. Así mismo, las posibilidades de diversificación no se ven limitados por el importe invertido por el partícipe. Por otro lado el partícipe de un fondo de inversión se ve favorecido por el efecto de la capitalización compuesta. Cuando invertimos a través de una cartera de acciones, las ventas, si hay plusvalías, tienen un impacto fiscal. En el caso de los fondos de inversión españoles la tributación por los beneficios es muy baja, de tan sólo un 1%, por lo que el partícipe se ve beneficiado por la reinversión prácticamente integra de los beneficios de la operativa del fondo. No debemos confundir esta tributación interna del fondo con la del partícipe. Cuando el partícipe reembolsa su posición en un fondo se ve sujeto a una tributación similar a la de las acciones, sin embargo, todos los beneficios netos anuales de la operativa realizada internamente por el fondo han tributado a ese 1% . Para terminar, recalcaría las ventajas de transparencia, acceso a la información y seguridad de los fondos de inversión junto con la ventaja añadida en España de la no tributación por traspasos entre fondos españoles armonizados y extranjeros UCITs registrados. ¿A qué riesgos está expuesto un inversor que invierte directamente en acciones y un inversor que invierte en fondos no? La inversión directa en acciones está condicionada por el importe de la cartera y esto supone una menor diversificación para carteras que no son suficientemente grandes. Un fondo de inversión tiene un patrimonio mínimo de 3 millones de euros. Las acciones tienen un riesgo específico que implican la necesidad de un conocimiento profundo. Aun así siempre existe la posibilidad de eventos imponderables que afecten a la evolución de los valores por lo que la diversificación en mayor o menor medida es una necesidad. La inversión en fondos implica una mayor diversificación. En una cartera de fondos estamos diversificando el riesgo gestor. ¿El tipo de inversor que invierte en un fondo es distinto al que invierte directamente en acciones? Por los importes mínimos necesarios para una gestión eficiente la inversión en acciones debería estar reservada a patrimonios medios o altos. Los fondos de inversión democratizan la inversión y cualquier partícipe de un fondo o clase independientemente del importe invertido disfruta de las mismas ventajas financieras y fiscales. ¿Cubrir el riesgo divisa al invertir directamente en acciones que cotizan en otras monedas puede ser más caro que para los fondos que cubren divisa? Depende. Suponiendo un coste operativo bajo, el coste de cobertura de la divisa está relacionado con la diferencia de los tipos a corto plazo desde la moneda en la que cotiza la acción y la moneda en la que cotiza el fondo. Esta diferencia puede ser positiva o negativa. Por ejemplo, actualmente la cobertura del riesgo dólar (a euros) tiene un coste anualizado de cerca del 2,5%. Al invertir en acciones que retribuyen al accionista se cobran dividendos (ya sea en efectivo o en títulos) pero, ¿qué pasa con los dividendos en los fondos de inversión? Por supuesto que el fondo de inversión cobra los dividendos de su cartera de acciones, con una ventaja añadida en relación con las acciones extranjeras. Los dividendos de acciones extranjeras en muchos casos están sujetas a una doble tributación, la del país de origen y la española. Las gestiones para recuperar los impuestos en el país de origen son muy costosos y esto hace que sólo sea rentable dicha recuperación para importes elevados.
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