La semana pasada se cerraba con la publicación de datos relevantes en ambos lados del Atlántico. Empezando por la UEM, conocíamos que la tasa de paro en Alemania se reducía hasta su mínimo desde la reunificación en el mes de marzo (5,3% s/p.a.), al tiempo que el número de puestos vacantes se mantenía en niveles máximos en términos ajustados (784.000). Por su parte, el número de empleados aumentaba 45.000 personas en febrero hasta 44.690.000 (cifras ajustadas).
En Reino Unido, la confianza del consumidor según el instituto GfK mejoraba en marzo hasta -7 p.b. (-10 ant.) y contrastaba con la imagen del gasto de los hogares que emanaba de las cifras de PIB del 4tr17. El crecimiento británico del 0,4% trim. convivía con la desaceleración del consumo privado hasta 1,2% a. en el último trimestre de 2017 (mínimo desde 2012) y hasta 1,7% en el agregado del año pasado (mínimo desde 2011).
Sin embargo, los datos más importantes de la jornada los encontrábamos en EEUU, donde se daba a conocer que el ingreso personal evolucionaba según lo previsto en febrero al anotarse un 0,4% m. Por el contrario, el gasto personal real decepcionaba al permanecer estancado en el segundo mes de 2018 (0,0% m.) y sufrir una revisión a la baja en el mes anterior (-0,2% m.), lo cual provocaba que su tasa trimestral anualizada desacelerase hasta 2,2% (3,8% ant.).
No obstante, la evolución del gasto personal coincidía con lo adelantado por la Fed en el comunicado del último FOMC, el cual apuntaba que el consumo había “moderado” recientemente, pero que la robustez del mercado laboral permitía confiar en que la actividad volverá a acelerar pronto. Esto, junto con el avance del PCE central hasta 1,6% a. (1,5% ant.) y la recuperación de la tasa de ahorro hasta 3,4%, permitía que la imagen conjunta de los datos no fuera tan negativa, uniéndose así al optimismo que emanaba de la confianza del consumidor según la Universidad de Michigan (101,4 puntos en marzo, máximos desde 2004).
Dicho optimismo de los datos será también apreciable en las referencias macroeconómicas que conoceremos durante la semana en curso, sobre todo, en las cifras de mercado laboral de marzo. Las nóminas no agrícolas, pese a desacelerar desde los elevados niveles de febrero, continuarán avanzando a un ritmo saludable y apuntalarán la caída del desempleo y el repunte de los salarios. De esta forma, los datos apoyarán el endurecimiento progresivo de la política monetaria en EEUU y esto se dejará notar en los mercados, principalmente, en el dólar y los treasuries. El primero debería fortalecerse a pesar de que moderaba hasta niveles de 1,23 EURUSD, mientras que el T-Note a diez años debería experimentar repuntes en su rentabilidad y elevarse respecto a las cotas de 2,73% en las que ha comenzado la semana.
Asimismo, las cifras finales de febrero de órdenes de bienes duraderos ratificarán, en base al avance del 1,4% m. de los embarques de bienes de capital excluyendo defensa y aeronaves, el buen momento de la inversión estadounidense en la primera parte de 2018. Por otro, lado, destacarán los indicadores adelantados como el ISM servicios, el cual volverá a mostrar un desempeño positivo en marzo que rondará los 59 puntos y, al igual que su homólogo industrial, adelantará una evolución favorable del sector en el cierre del 1tr18. De hecho, el ISM manufacturero, que vio la luz ayer lunes, se situaba en 59,3 puntos en marzo y, aunque disminuía en comparación con el mes de febrero, no hay que olvidar que venía de niveles altísimos y que la lectura actual continúa mostrando la fortaleza del sector manufacturero estadounidense. De hecho los fabricantes de maquinaria apuntaban que las tarifas impuestas a las importaciones de acero y aluminio estaban ocasionando compras de pánico, impulsando los precios a corto plazo más altos y llevando a escaseces de inventario para los clientes no contratados.
Los indicadores adelantados también demandarán su cuota de protagonismo en la UEM, aunque las cifras finales de los PMI no deberían dar lugar a sorpresas más que la confirmación de unos niveles menores en marzo, pero más acordes con el escenario económico. Así, más interés despertarán las cifras de inflación del agregado de la Eurozona, las cuales revelarán el repunte de los precios en línea con lo adelantado por las cifras de España (IPCA de 1,3% a.) y Alemania (1,5% a.).
Más interesantes eran las declaraciones procedentes del BCE. Praet, economista jefe de la entidad, declaraba en una entrevista a Financial Times que el organismo se estaría planteando incentivar el crédito a hogares y empresas mediante la penalización de la deuda soberana. Un guiño que viene a reforzar el ruido respecto a las posibles medidas para hacer fluir el crédito en la Eurozona, pero que reafirma nuestras expectativas respecto a actuaciones en este frente.
Fuera de Europa y EEUU, lo más relevante lo encontraremos en los PMIs chinos de marzo; unos datos que verán la luz tras darse a conocer otros indicadores adelantados de gran relevancia en Asia, es decir, los Tankan del BoJ. Éstos sorprendían al mostrar una lectura menos positiva. La confianza de los industriales disminuía 2 puntos hasta situarse en 24, una situación similar al índice servicios que caía hasta los 23 pts. La encuesta también mostró que las grandes empresas planean aumentar sus gastos de capital en un 2,3% en el año fiscal actual desde abril, en comparación con la estimación mediana de una ganancia del 0,6 %.
Paralelamente, la actualidad asiática volverá a pasar por la política, sobre todo después de conocerse que China imponía aranceles comerciales a 128 productos estadounidenses, en respuesta a las tarifas que Washington anunció el mes pasado sobre importaciones de acero y aluminio y que afectan principalmente a los producidos en el gigante asiático. Un conjunto de 120 productos, entre ellos frutas, frutos secos y vino, tendrán un arancel del 15%, mientras que productos porcinos y relacionados tendrán un arancel del 25%, según ha anunciado el Ministerio de Comercio.
Autores: Intermoney Análisis y Estudio Francisco Vidal, Garbriel Marquès, Mariano Valderrama