El viernes, Donald Trump ratificaba la ley de presupuestos de EEUU (por valor de 1,3 bill. $) para lo que resta del presente ejercicio fiscal, si bien los mercados seguían muy atentos al devenir de las relaciones comerciales, entre los temores a una guerra comercial. De hecho, en la semana que empezamos, el interés se postrará sobre la balanza comercial de bienes de EEUU, la cual continuará arrojando niveles de déficit no vistos desde 2008 que rondarán los 75 mm. $, aflorando la solidez de las importaciones (atentos al efecto precios) y dando respaldo a la estrategia dura de la nueva Administración.
Junto a las cuestiones comerciales que retomaremos más tarde, el interés radicará en la reafirmación de la senda de endurecimiento progresivo de la política monetaria en EEUU, después de las últimas previsiones de la Fed y que la institución subiese tipos en +25 p.b (1,5–1,75%) y diese un nuevo paso en el ajuste del balance. Así, entre todas las intervenciones, destacará la de la presidenta de la Fed de Cleveland, Loretta Mester, pues versará sobre política monetaria. Mester volverá a caracterizarse por su posicionamiento a favor de un ritmo más rápido de la estrategia de salida, recordando la solidez del mercado laboral y de la inflación al esperar su convergencia con cifras del 2%.
El otro gran punto de interés de la agenda estadounidense estará en los datos, tales como la tercera estimación del PIB del 1tr18 que arrojará una expansión algo más rápida de lo estimado anteriormente (+2,7% trim. a.), dado el mayor impulso de los servicios. La encuesta trimestral de servicios del Departamento de Comercio apuntaba un gasto más sólido en este ámbito durante el 4tr17, principalmente, en el sector sanitario y de mantenimiento y reparación de vehículos. Un dato que encajaría con la reafirmación del aumento del consumo privado, contrastando con el lastre de los inventarios y la demanda externa.
Junto al PIB, en EEUU, destacará la publicación del PCE central y su avance hasta 1,6% a. en febrero. Así, la referencia de la Fed en el campo de la inflación empezará a prepararnos para los riesgos al alza de esta primavera. En este punto, conviene recordar las palabras del presidente de la Fed, Jerome Powell, dejando entrever alzas de la inflación en los próximos meses y la posibilidad de alcanzar tasas que superen el 2%.
La publicación del PCE se verá acompañada del alza de los ingresos de los hogares estadounidenses, recogiendo los beneficios indirectos de la reforma fiscal vía aumentos salariales. Por su parte, el gasto personal nominal de los americanos repuntará un tímido 0,2% m. en febrero, acusando el efecto adverso de las condiciones climatológicas en febrero y la caída de las ventas de automóviles, si bien lo importante será su estancamiento en términos reales.
No obstante, el estancamiento del gasto real de los estadounidenses es algo coyuntural, como apuntarán los indicadores adelantados que conoceremos a lo largo de la semana en EEUU. La confianza de los consumidores, según el Conference Board, se mantendrá en marzo en cifras altísimas (131,3) y reflejará el optimismo hacia el futuro de la economía y el buen momento del mercado laboral; algo que también confirmará el dato final de la confianza de Michigan.
En Europa, los datos también jugarán un papel relevante, en particular, los IPCA de algunas de las economías más relevantes de la zona euro. El fortalecimiento del euro ha supuesto un lastre para la inflación que ha venido a compensar las alzas del crudo en el pasado reciente. Sin embargo, en febrero, sus avances interanuales serán menores y los precios del petróleo también jugarán a favor de los IPCA a lo largo de la Eurozona. Por lo tanto, dichos índices aumentarán hasta 1,6% a. en Alemania, mientras que para Francia, España e Italia las cifras quedarán en 1,5% a., 1,6% y 0,9%, respectivamente.
Las anteriores cifras vendrán a ratificar lo señalado por los PMI a comienzos del presente año, en forma de alzas de los precios cobrados que venían a reflejar el margen existente para transmitir las alzas de costes para las empresas. Junto a los precios, en la UEM cobrarán importancia las confianzas de la Comisión Europea que en marzo empeorarán por tercer mes consecutivo al acusar la incertidumbre ocasionada por las tensiones comerciales; mientras que en Alemania, la confianza de los consumidores (Gfk) también cederá (10,7 vs 10,8 ant.).
En una semana en la que el comercio volverá a estar en el centro de todas las miradas, se impone acabar con este punto. El mayor riesgo de la estrategia negociadora de EEUU reside en la agresividad de la misma que viene a chocar con los códigos de relaciones internacionales. Así, el riesgo continúa estribando en que este posicionamiento lleve a un punto de no retorno en las relaciones comerciales, si bien este escenario lo seguimos considerando como el de riesgo y esperamos que, una vez la Administración de Trump obtenga ciertas cesiones, la situación se reconduzca a lo largo de las próximas semanas.
La anterior tesis se ve reforzada por la exención temporal de los nuevos aranceles a las importaciones de acero y aluminio de la U.E, Australia, Argentina, Brasil y Corea del Sur, además de sus socios del acuerdo NAFTA. En el último caso, la renegociación del acuerdo de libre comercio de América del Norte está detrás de la decisión y, simplemente, debe percibirse como una forma de presión para obtener cesiones. En la misma línea hay que interpretar el gesto hacia los europeos con la mirada puesta en los productos agrícolas estadounidenses, ante los réditos que podría generar una mayor apertura a los mismos por parte de Europa en las elecciones de EEUU de mitad de mandato.
De momento, los líderes de la U.E reclaman una exención permanente a los aranceles de EEUU y desde la Comisión Europea se rechazan opciones como una renegociación global de los tratados comerciales transatlánticos. No obstante, las cesiones europeas serán algo obligado, si se quiere recuperar la paz comercial con EEUU.
Autores: Intermoney Análisis y Estudio Francisco Vidal, Garbriel Marquès, Mariano Valderrama