Vuelta a la rutina
Los PMIs de China presidían el cierre de 2017 y el comienzo de 2018, cumpliendo las cifras de los índices oficiales con lo esperado al arrojar pocos cambios y ser acordes con un escenario continuista. El pasado día 31, los mencionados datos oficiales arrojaban para el sector manufacturero cifras de 51,6 en el mes de diciembre que ascendían hasta 55,0 en el ámbito de los servicios, mientras que en la madrugada del martes el PMI manufacturero bajo el patrocinio de Caixin mejoraba hasta 51,5 (también para el mes de diciembre).
La situación contrasta con la vivida en el inicio de 2016, cuando las cifras peores de lo esperado de los PMI en el gigante asiático sirvieron para desatar otras dudas de fondo y dar forma a un inicio de año caracterizado por la tensión en los mercados. De hecho, debemos recordar que en aquel entonces conocimos un PMI manufacturero-Caixin en niveles de 48,2 para el mes de diciembre de 2015 y en 50,2 para los servicios, sin que los PMIs oficiales sirviesen para tranquilizar los ánimos ya que las cifras de 54,4 en los servicios pasaban a un segundo plano ante el 49,7 cosechado en el ámbito manufacturero.
Sin embargo, como apuntábamos anteriormente, defendemos que las anteriores cifras fueron la excusa y coincidieron con otras cuestiones menos visibles que sirvieron para alimentar las tensiones en los mercados. Entre dichas cuestiones, cabe recalcar el rápido deterioro que vivieron las finanzas de los países productores de petróleo y que obligó a hacer uso de sus “graneros” de ahorro. Así, el problema se agudizó porque grandes inversores que habían apuntalado los mercados pasaron de una posición compradora a otra vendedora, alimentando la inestabilidad. Entonces, el crudo llegó a caer por debajo de los 30$/barril y, ahora, el Brent se sitúa en valores no vistos desde primavera de 2015 (66,46 $/barril) como también ocurre con el WTI (60,28 $/barril).
Los valores anteriores se alcanzaban en una jornada del martes en la que acababan ganando las caídas comedidas, ante un trasfondo de noticias de sesgo contrario. Por un lado, las protestas en Irán que hacían temer por la producción en este país y, por otro, el funcionamiento a pleno rendimiento del oleoducto Forties en el Mar del Norte (450.000 bpd) desde el pasado 30 de diciembre y la normalización de la actividad en Libia.
No obstante, más allá de la casuística diaria, lo cierto es que los precios del petróleo afrontan importantes limitaciones al alza en 2018, aunque los inventarios comerciales del mismo hayan empezado a ajustar en algunos países importantes. Por ejemplo, a fecha 22 de diciembre de 2017, se situaban en 431,9 mill. de barriles en EEUU frente a los máximos de 535,5 mill. alcanzados en marzo, es decir, un 18,5% menos. Sin embargo, a pesar de esperarse un crecimiento global sólido en el presente año, la clave para los precios del petróleo en 2018 también estará en EEUU debido a las perspectivas al alza hacia su producción. Los últimos datos disponibles, apuntan que la extracción de petróleo alcanzó los 9,637 mbpd en octubre y algunas consultoras apuntan que esta cifra ya habría mejorado hasta 9,75 mill. a finales de 2017 y superará los 10 mill. en los primeros meses de este año.
Luego, a pesar del comienzo de año a la baja de las bolsas europeas con el Stoxx Europe 600 cediendo un -0,21%, el escenario que se atisba para 2018 está alejado de los paralelismos con ciertos ejercicios previos como refrendaban los avances del S&P500 (+0,6%) a media tarde del martes.
En esta misma línea y retornando a las cuestiones chinas, cabía resaltar que el CSI 300 empezaba el año con una revalorización del 1,40% y el hongkonés Hang Seng China Enterprises avanzando un 3,07% hasta situarse en valores de julio de 2015. Un buen inicio de año que, en el segundo caso, se achacaba en parte al anuncio del pasado viernes por parte de la Comisión Reguladora de Valores de China respecto a que las compañías chinas cotizadas en Hong Kong podrían convertir sus acciones no negociables (normalmente de los fundadores que no se negocian en bolsa), en acciones de libre flotación que conllevarían un aumento de la liquidez. Una noticia que generaba expectativas de una mayor relevancia de las empresas chinas en los índices globales.
En paralelo, el yuan consolidaba sus mejoras frente al dólar al situarse en 6,493 unidades por cada billete verde sin que debiese achacarse esta cuestión al endurecimiento de ciertos aspectos de los controles de capitales en China. El límite a la compra de moneda extranjera sigue establecido en 50.000$ al año por persona, afectando los cambios a la operativa con tarjetas de crédito. Así, la limitación a la retirada de fondos en el extranjero por parte de las personas físicas ha pasado de 100.000 renminbis por tarjeta a 100.000 por persona. Una medida que, dada las mejoras observadas en los flujos de capitales chinos en los últimos meses y la progresiva senda de recuperación en las reservas internacionales desde los mínimos de enero de 2017, creemos no debe interpretarse en clave económica. De hecho, esperamos que el próximo domingo se apunte que las reservas chinas acabaron el año con una nueva mejora comedida en diciembre.
Con independencia del objetivo final de los nuevos controles, la realidad apunta que en los próximos meses las medidas no cejarán en China, pero siempre buscando un complejo juego de equilibrios. En esta línea, debe entenderse la inversión menos acelerada en infraestructuras ferroviarias durante 2018 (cerca de 113 mm. $) con el fin de restar importancia a la formación de capital en el PIB, mientras que en diciembre el PBoCh inyectaba 32,7 mm. $ millones de liquidez en diciembre para evitar tensiones en el paso de año occidental.
Más allá de China y su casuística particular respecto a la cual no se atisban grandes cambios a corto plazo, se impone destacar las señales positivas en otros países de Asia que apuntan un año positivo en un área económica clave, a pesar del comportamiento desigual de los PMIs de finales de 2017 en este continente. Por ejemplo, el PMI manufacturero de diciembre en la India se situaba en 54,7, cosechando las mayores cifras de actividad fabril en 5 años y el avance más rápido de los pedidos desde octubre de 2016. Por su parte, los datos de 56,6 del PMI manufacturero de Taiwán suponían los mejores en 80 meses, respaldando el escenario de aceleración del crecimiento en esta economía de más de 550 mm. $. Así, el contrapeso provenía de las cifras más discretas de los PMIs fabriles en Corea del Sur (49,9), Malasia (49,9) e Indonesia (49,3), aunque las mismas deben concebirse como un tropiezo.
Junto a las anteriores cuestiones, también hay que tener presentes las favorables perspectivas para la economía de Singapur cuyo dinámico crecimiento del 3,1% a. en el 4tr17 no debe ser menospreciado, pues confirma su senda positiva (aunque desacelerase desde cifras de +5,4% a. en el 3tr17) y se trata de una economía cuyo PIB ronda los 300 mm. $.
En conjunto, desde la perspectiva macroeconómica, parece que no será Asia la que enturbie los primeros momentos de 2017, sobre todo, cuando en esta área escasearán las referencias durante la madrugada del miércoles en un día que los mercados japoneses continuarán cerrados. Por lo tanto, las miradas se dirigirán a otras zonas como Europa, si bien en nuestro continente las novedades también serán escasas. El martes, se confirmaba que el PMI del sector manufacturero de la zona euro cerró 2017 en máximos históricos al situarse en 60,6, apoyándose en los niveles récord o próximos a ellos en Alemania (63,3), Holanda (62,2), Austria (64,3) e Irlanda (59,1). Sin embargo, este hecho no debía llevarnos a menospreciar las cifras en otros países como España (55,8), Italia (57,4) o Grecia y Francia, donde asistíamos a máximos de 114 y 207 meses, respectivamente.
Los indicadores adelantados en la Eurozona continúan dibujando un escenario de sólida expansión y las escasas referencias del miércoles no pondrán este hecho en entredicho. En España, conoceremos el habitual descenso con el que el número de parados suele despedir el año (aunque menor que en 2016), mientras que en Alemania las cifras del mercado laboral recordarán la buena salud del mismo. De hecho, las cifras que conoceremos durante la sesión perderán algo de valor después de haberse publicado que, en el promedio de 2017, el número de ocupados en Alemania ascendió a 44,27 millones al haber aumentado en 638.000 (+1,5%) respecto a 2016. En conjunto, el mayor incremento desde 2007, el cual se sobreponía a las estrecheces de la oferta laboral germana en comparación con la demanda existente.
Sin embargo, desde hace mucho tiempo, el gran problema de Alemania no es su capacidad para crear empleo, sino la calidad del mismo. Esta cuestión será una de las tantas que estarán sobre la mesa de las negociaciones para formar gobierno en la mayor economía europea. En el tradicional discurso de Año Nuevo desde la cancillería, Merkel mostraba su predisposición para formar gobierno lo más rápido posible. La cuestión es que debe trabajarse bajo la tesis del fracaso de las conversaciones con la SPD cuyo inicio está programado para el 7 de enero, dado que muchos miembros de este partido prefieren una relación sustentada en acuerdos puntuales que den apoyo a un gobierno en minoría. Una opción que Merkel rechaza.
Luego, desde su comienzo, 2018 reservará un hueco especial para la política en Europa, donde también afrontaremos las elecciones de marzo en Italia y la continuidad de las negociaciones del “Brexit”. A este último respecto, los posicionamientos no cambian con los negociadores del Reino Unido deseosos de alcanzar un acuerdo comercial amplio que incluya al sector financiero, mientras el coste del “Brexit” sigue pasando factura a la economía británica. En esta línea, el consenso apunta que Reino Unido crecerá algo por debajo del 1,5% en 2018; opinión que parece obviar las cifras de 56,3 del PMI manufacturero en el Reino Unido y cuyos niveles son elevados, a pesar de su moderación en diciembre.
La segunda ramificación del “Brexit” tomará forma de una dura batalla en Bruselas para cuadrar los presupuestos de la U.E de la próxima década y las contribuciones de cada país, a la sombra de una nueva oportunidad para relanzar los proyectos europeos al desaparecer la típica oposición británica. En este contexto, el papel de Macron será vital, si bien el presidente de Francia tendrá que afrontar duras batallas internas para relanzar la economía gala con reformas cuyos beneficios no serán inmediatos.
Las cuestiones expuestas exceden el cortísimo plazo y su importancia será más palpable en las próximas semanas, imponiéndose así la realidad de la solidez del escenario europeo que se traducirá en un crecimiento de la UEM superior al 2% durante 2018. De hecho, el tono favorable de la actividad en nuestra área acompañará en el presente ejercicio al euro (ya alcanza cotas de 1,205 frente al dólar) y facilitará que en Frankfurt sean menos generosos. De momento, las ventas eran las claras vencedoras en la primera jornada del año para la deuda soberana a lo largo de la Eurozona.
Finalmente, en EEUU, la política también ocupará un espacio central en 2018. La reforma sanitaria de los republicanos retornará a los titulares, aunque los inversores permanecerán más atentos a las negociaciones comerciales de Trump y al ruido que pueda generar su agenda exterior, la cual ya empezaba el año con choques vinculados a Pakistán y Ucrania. En otras palabras, el ruido político estadounidense nos seguirá acompañando, aunque pesará más la continuidad de la estrategia de salida de la Reserva Federal.
A última hora del miércoles, se publicarán las actas de la reunión del FOMC del pasado diciembre; documento cuyo valor será menor en comparación con otras ocasiones. Los cambios de calado que afronta la institución, además de las rotaciones habituales que se dan con el inicio de cada año, harán que las opiniones recogidas en las actas no acaben de ser totalmente representativas del sentir del nuevo comité. No obstante, esperamos que el tono del documento sea compatible con una estrategia de menor generosidad en base a un ajuste creciente del balance y tres subidas de tipos de 25 p.b en EEUU durante 2018.
La continuidad del avance sólido de la economía estadounidense permitirá que el escenario planteado tome forma. El año 2017 cerró con un tono saludable del consumo, pues las ventas minoristas crecieron un 4,9% entre el día 1 de noviembre y el de Navidad, de acuerdo con los datos de MasterCard, al tiempo que las cifras de gasto en construcción del miércoles informarán de su cuarto avance consecutivo en noviembre (+0,5% m.). Asimismo, el ISM manufacturero de diciembre con sus cifras próximas a 58 indicará que la inercia positiva de la economía estadounidense se adentrará en 2018. En esta línea, a media tarde del martes, las ventas también dominaban entre los treasuries, aunque el contrapunto provenía de la debilidad generalizada del dólar al ceder un -0,4% en base al índice DXY.
Autores: Intermoney Análisis y Estudio Francisco Vidal, Garbriel Marquès, Mariano Valderrama