Panorámica semanal: Debate en la Fed
El debate respecto a la capacidad de la Reserva Federal para cumplir con la senda de tipos dibujada en septiembre, seguirá muy presente. El viernes, conocíamos que el IPC estadounidense avanzaba hasta 2,2% a. en septiembre y permanecía estancado a nivel subyacente en 1,7% a. por quinto mes consecutivo. Así, los mercados se quedaban con el tono decepcionante de las cifras respecto a lo esperado por el consenso y las compras de treasuries dominaban al cierre de la semana.
Sin embargo, en IM creemos que debe relativizarse la “decepción” en cuanto al comportamiento de la inflación. La gran referencia de la Reserva Federal en materia de precios, el PCE central, es cierto que moderaba hasta 1,3% a. en agosto pero promedia un 1,6% en el año, mientras que el IPC subyacente hasta septiembre avanzaba a un ritmo medio del 1,9%. Así, aunque los últimos datos del PCE no copen los objetivos de la Fed, debe tenerse muy presente que su evolución en el conjunto de 2017 dista de los niveles inquietantes que se desprenden de ciertas lecturas. Además, la inflación en base a medidas como el IPC subyacente no se alejaba en demasía durante el mes de septiembre y el conjunto del año de unas cifras próximas, pero por debajo, del 2%.
Por otra parte, en lo concerniente a la parte final del año, los últimos indicadores nos permiten ser optimistas con la actividad en EEUU y esto juega a favor del descenso de la capacidad ociosa y, por tanto, de la inflación con el permiso de los precios del petróleo. En septiembre, las ventas minoristas aumentaban a su mayor ritmo desde 2015 (1,6% m.); una cifra que rondaba el 1% m. en términos reales y que encontraba un respaldo clave en el automóvil.
Asimismo, según progresen los trabajos de reconstrucción, esperamos que las cifras de consumo se vean apuntaladas por las ventas de mobiliario y electrónica, después de que los avances ya fueran visibles en los materiales de construcción (+2,1% m.). Una dirección en la que apuntan los mayores valores en 13 años de la confianza de Michigan (101,1 puntos); respaldados tanto por la componente de situación actual (máximo de 17 años) como de expectativas (máximo de 13 años).
En conjunto, los datos apuntan a un buen final de año en EEUU que dará margen extra a la Fed para subir tipos. El domingo, Yellen apuntaba en esta dirección al insistir en que durante el conjunto del segundo semestre el crecimiento de la economía estadounidense superará su tendencia de largo plazo y, respecto a la inflación, continuaba confiando en su repunte: “Mi mejor suposición es que estas lecturas suaves (de la inflación) no persistirán” y “Seguimos esperando que la fortaleza actual de la recuperación justifique aumentos graduales de los tipos para mantener un mercado laboral saludable y estabilizar la inflación en torno a nuestro objetivo del 2%”.
Frente a las anteriores palabras, mínimo valor tendrá el tono poco esclarecedor del Libro Beige que conoceremos el próximo miércoles al verse muy afectado por la extraordinaria situación climatológica vivida. Una situación que todavía podría pesar en los datos del sector residencial que conoceremos a lo largo de la semana, como las construcciones iniciadas, los permisos de construcción y las ventas de vivienda de segunda mano. No obstante, consideramos más reseñable la ligera recuperación de la producción industrial y el tímido repunte de la utilización de la capacidad hasta 76,2%.
Sin embargo, en EEUU, no todo serán los datos y la política seguirá muy presente. Así, habrá que afrontar algunas fricciones derivadas de la reforma fiscal (la rebaja de impuestos al 10% de la población con más recursos) y la retirada de los subsidios sanitarios a 6 millones de estadounidenses con rentas bajas, además de la posibilidad de plantear una “finalización” en diferido del acuerdo NAFTA; circunstancia que no debe descartarse ante las dificultades que afrontan las negociaciones. Todo ello, mientras en el próximo mes debería conocerse el futuro de la presidencia de la Fed.
Dejando EEUU a un lado, China demandará su cuota de protagonismo no sólo por la publicación de referencias macroeconómicas de gran calado, sino también por la celebración del Congreso del Partido Comunista. En dicho evento, que dará comienzo el próximo miércoles, se renovará el sistema piramidal de poder en la formación y la Comisión Central para Inspección y Disciplina, si bien lo más importante será la ratificación del secretario general Xi Jinping como líder del partido. Así, el interés virará hacia cualquier redefinición de las metas políticas y económicas.
Respecto a los datos del gigante asiático, la semana arrancó con la publicación del IPC de septiembre, el cual permanecía estancado en 1,6% a., al tiempo que los precios de producción aceleraban seis décimas hasta 6,9% a. Dichos datos se publicaban tras conocerse, durante el fin de semana, que los nuevos préstamos en yuanes repuntaban hasta 1270 mm. CNY en septiembre. Sin embargo, más interés despertará la cifra del PIB del 3tr17, cuya ralentización hasta 6,8% a. no debería despertar preocupaciones, dado que el crecimiento chino se mantendrá en la banda alta de la senda prevista por las autoridades. Así, la tímida ralentización responderá a una peor evolución de la demanda externa y del mercado residencial, lo cual contrastará con el buen tono del consumo privado.
Finalmente, no se esperan grandes variaciones en las ventas minoristas chinas de septiembre, pues continuarán registrando tasas ligeramente por encima del 10% a., mientras que la producción industrial del mismo mes repuntará hasta superar la cota del 6,0% a., en línea con el avance del PMI manufacturero oficial.
En Europa, habrá que permanecer atentos a Reino Unido debido a la nueva aceleración de su IPC en septiembre (3,0% a.), la cual pondrá todavía más presión sobre el BoE para que actúe en su próxima reunión de política monetaria, a pesar de las presiones en contra de las Cámaras de Comercio Británicas. No obstante, el gran foco de la actualidad británica lo encontraremos en la reunión del Consejo Europeo (jueves y viernes) en Bruselas, donde muy posiblemente se acordará no seguir adelante con las negociaciones del “Brexit”, si no se avanza de forma decisiva en los “capítulos” ya abiertos. Sin embargo, el comisario de Economía y Finanzas, Pierre Moscovici, restaba importancia a este hecho al considerarlo temporal, si bien su discurso no dejaba de inyectar presión a los negociadores británicos en un entorno en el que las fricciones internas han impedido a May la presentación de su ley de retirada de la UE.
En cuanto a la UEM, dejando a un lado Austria y el bastante probable gobierno de coalición en el que entraría el ultranacionalista Partido Liberal (FPÖ), las referencias más importantes provendrán de Alemania. Los índices ZEW de confianza de analistas e inversores volverán a incrementarse en el mes de octubre y gozarán del apoyo de una renta variable germana en máximos históricos, así como de unos sólidos datos en la principal economía de la Eurozona. De hecho, las previsiones gubernamentales alemanas señalan una buena segunda parte de 2017, aunque con un crecimiento menos acelerado que no evitaba la mejora de la estimación de crecimiento para este año en +0,5 p.p hasta 2,0%, situando el avance de 2018 en 1,9%.
Respecto al agregado de la zona euro, destacará la balanza comercial de agosto, cuyo saldo vendrá marcado por un nuevo repunte de las exportaciones en consonancia con los registros de Francia y Alemania. No obstante, más repercusión tendrán los análisis derivados de la última filtración de Bloomberg respecto al futuro de las compras del BCE. En concreto, se filtraba que la entidad estaría planteando la prórroga de las compras de activos hasta septiembre, aunque disminuyendo su cuantía hasta 30 mm. € al mes. Una opción que difiere de nuestro planteamiento de un potencial tapering, si bien en cuantía la diferencia en volúmenes sería limitada y, además, replicaría las acciones de diciembre de 2016. Los resultados de dichas acciones son considerados satisfactorios por una buena parte del Consejo. Todo ello, mientras el bando laxo conseguiría no poner todavía una “fecha de caducidad” al QE.
Autores: Intermoney Análisis y Estudio
Francisco Vidal, Garbriel Marquès, Mariano Valderrama