Panorámica semanal: Protagonismo de EEUU
El viernes, el miembro del consejo el BCE, Benoît Coeuré, apuntaba a la debilidad de la inflación subyacente en la UEM para justificar que nuestro banco central tendrá que ajustar su política de forma cuidadosa y flexible para evitar movimientos abruptos del mercado. No obstante, lo importante era quedicha consideración iba acompañada de un guiño a potenciales ajustes en futuro, declarando Coeuré textualmente: “Si es necesario, el Consejo seguirá ajustando sus instrumentos tanto cualitativa como cuantitativamente” y “Pero cuando esto sea necesario, debe hacerlo con cuidado y flexibilidad, y en base a lo que nos importa en el marco de nuestro mandato: la perspectiva de la inflación”.
En esta línea, también se expresaba el Economista Jefe del BCE, Peter Praet, quien aseguraba que la autoridad monetaria aún necesita ser paciente y persistente con los estímulos, debido a que la inflación está “lejos” de regresar al objetivo del 2%. Además, añadía que el cambio de mensaje de Draghi, que indujo al mercado a una ola de ventas la semana pasada, fue meramente una “una evolución en las comunicaciones” para reflejar la mejora del crecimiento.
Por otro lado, el MEDE aprobaba el desembolso de 8,5 mm. € para Grecia correspondientes al tercer tramo del rescate del país heleno. El fondo de rescate desembolsará 7,7 mm. €, de los cuales 6,9 mm. € irán a cubrir las necesidades helenas de financiación de deuda, mientras que 800 mill.. € se destinarán a cubrir los pendientes de pago. Los otros 800 mill. € restantes serán desembolsados después del 1 de septiembre, con la condición de que Grecia realice un progreso significativo utilizando sus propios recursos en la liquidación de pagos pendientes.
Sin dejar Europa, el FMI elevaba su pronóstico de crecimiento para Alemania en pos de la mejora en la demanda interna. Según el organismo, la economía germana cerrará 2017 con un crecimiento del 1,8% a. (1,6% ant.) y un 1,6% a. en 2018 (1,5% ant.) y estimaba que las exportaciones mejorarán de manera gradual, lo que ayudará a impulsar la inversión. Asimismo, aprovechaba para advertir que el envejecimiento de la población alemana y la lentitud en las reformas estructurales pueden socavar el crecimiento a medio plazo e instaba al Gobierno a impulsar el crecimiento potencial y acelerar el reequilibrio externo para ayudar a frenar el superávit por cuenta corriente
En EEUU, se publicaba que, en junio, las nóminas arrojaban un avance de 222.000, a la vez que las cifras de mayo eran revisadas al alza de 138.000 a 152.000 y promediaban en los últimos tres meses un sólido incremento de 194.000. Las anteriores cifras se veían acompañadas del aumento de la población activa en +361.000 y apuntaban a una menor capacidad ociosa encubierta con la tasa de actividad aumentando ligeramente hasta 62,8%, lo cual restaba importancia al ligero repunte del desempleo hasta el 4,4%. Sin embargo, el contrapunto llegaba con el aumento del subempleo hasta 8,6% y unos salarios que, aunque mejoraban hasta 2,5% a., decepcionaban las expectativas y veían revisados a la baja sus avances del mes anterior.
Los T-Notes reaccionaban a los datos con pocos movimientos y el 10 años consolidaba el nivel de 2,39%, pues los inversores parecían quedarse con la “decepción” de los salarios. En Europa, tampoco se daban fluctuaciones extremadamente marcadas, con el bund a diez años cerrando en 0,573% y su homólogo español en 1,732% (+5,4 p.b.). No obstante, eran más relevantes los movimientos registrados en el mercado japonés después de que el BoJ se ofreciese a comprar una cantidad ilimitada de bonos con el fin de frenar las recientes subidas en las rentabilidades, las cuales se habría visto empujadas por las preocupaciones de que los bancos centrales globales estén avanzando hacia la reducción de los estímulos monetarios. Así, el bono nipón a diez años cotizaba en 0,095% después de haber llegado a tocar su máximo desde febrero (0,105%).
Durante el fin de semana, las principales novedades procedían del G-20, pues conocíamos que la promesa del presidente de los EEUU, Donald Trump, de que un acuerdo comercial “muy poderoso” con Reino Unido se alcanzaría “muy, muy rápido” después de que los británicos abandonen la UE. Sin embargo, el ministro de Justicia británico, David Lidington, moderaba el optimismo el domingo al afirmar que un acuerdo comercial con los EEUU posterior al “Brexit” no sería suficiente para compensar la desconexión entre Londres y Bruselas.
En cuanto a la semana que comienza, la Reserva Federal volverá a ser el centro de atención debido a la comparecencia de su presidenta, Janet Yellen, ante el Congreso y el Senado de EEUU. Ésta se antoja poca esclarecedora, después de que se conociese el documento que la Reserva Federal entrega a los representantes de los estadounidenses antes del encuentro. Por ejemplo, éste reducía la importancia de la vulnerabilidad del sistema financiero americano, en contra de las preocupaciones expresadas por algunos consejeros de la Fed en su último encuentro y recogidas en las actas. Así, el matiz entre ambos posicionamientos radicaría en que el mencionado documento restaba importancia a la mayor toma de riesgo de los inversores al no verse acompañada por un aumento del apalancamiento. La cuestión es que si ambos aspectos hubieran evolucionado a la par ya estaríamos ante un escenario de burbuja y lo lógico es que los bancos centrales se adelanten a esta casuística.
Con el anterior punto, aunque haya pasado desapercibido para los mercados, sólo queremos evidenciar el deterioro en la calidad de la comunicación de la Fed. Las contradicciones se han vuelto más habituales y ello nos hace temer por la claridad de los mensajes de Yellen en los próximos días. Unos mensajes a los que el mercado estará muy atento ante cualquier matiz que pueda desprenderse de cara a la reducción del balance, sobre todo, en que “bando” se encuentra la presidenta. De ser el que apoya el inicio del ajuste en un par de meses, debería empezar a asignarse una alta probabilidad a que este paso se dé en septiembre.
Junto a Yellen, también habrá que estar atentos a las declaraciones de los restantes miembros de la Fed programadas para los próximos días. Algunos, como Brainard y Williams, ya se han posicionado claramente a favor de la posibilidad de poner fin a las reinversiones y recordarán los efectos nocivos del recalentamiento del mercado laboral sobre la inflación. Por su parte, Kaplan y George no deberían desmarcarse demasiado de sus compañeros al haberse expresado, con anterioridad, en la misma dirección. De nuevo, los datos del mercado laboral americano en junio daban “una de cal y otra de arena” pero pueden ser suficientes para los halcones de la Fed.
Al igual que el tono de Yellen y los aspectos contrapuestos de algunos aspectos de las cifras laborales de EEUU, el Libro Beige no ayudará a arrojar luz hacia el futuro. Éste seguirá sin acoplarse con los discursos de muchos de los miembros de la Fed y seguirá calificando el crecimiento estadounidense entre modesto y moderado. Asimismo, lo interesante residirá en la lectura que realice del mercado laboral, si bien la experiencia apunta que no acabará de coincidir con los datos reales.
De forma que, desde la perspectiva laboral, serán más interesantes los resultados de la encuesta Jolts que, seguramente, sigan arrojando cifras próximas a los 6 millones de empleos disponibles. Un dato que contribuirá al debate sobre la situación del mercado laboral de EEUU, desviando la atención a los problemas desde el lado de la oferta.
Sin dejar EEUU, la moderación del IPC hasta 1,7% a. en junio será uno de los principales datos de la semana. La inflación volverá a acusar la caída de los bienes energéticos, compensando el efecto positivo de los bienes importados derivados de la debilidad del dólar. Mientras tanto, la inflación subyacente también se estabilizará en 1,7% a., a pesar de la caída de los precios de la telefonía ante la estabilidad en otras grandes partidas de los servicios.
La mencionada caída de los precios energéticos también se dejará sentir en los datos de ventas minoristas de junio, los cuales sólo se recuperarán de forma comedida de la caída de mayo. Así, lo importante serán las ventas estadounidenses excluyendo gasolinas y partida volátiles como los automóviles, las cuales aumentarán un 0,4% m. Unos avances que deberían tener continuidad en el futuro en base a lo apuntado por la Confianza de Michigan en julio y sus niveles de 95. Asimismo,cobrará interés la producción industrial de junio, que acelerará hasta 0,3% m. beneficiándose de la mejoría de la actividad manufacturera. El dato convergerá con lo apuntado por el repunte de la componente de actividad y producción del ISM manufacturero, permitiendo un avance de la actividad fabril de 0,4% m. caracterizado por la mayor solidez de su composición.
Autores: Intermoney Análisis y Estudio
Francisco Vidal, Gabriel Marquès, Mariano Valderrama